Más de 150 mil tortugas golfinas arribaron al santuario de la playa “La Escobilla” ubicado en Oaxaca para realizar probablemente su último desove del año, informó personal del santuario.
De julio a diciembre, cada 28 o 30 días se registran llegadas masivas de quelonios que llegan por las aguas del Océano Pacífico para desovar en ocho de los 25 kilómetros que abarca esta playa perteneciente al municipio de Santa María Tonameca.
La bióloga encargada del santuario, Érika Peralta, indicó que llevan tres noches seguidas viendo cómo llegan las tortugas, teniendo ya contabilizadas alrededor de 153 mil 800 tortugas de esta especie en peligro de extinción.
La especialista precisó que los huevos eclosionarán en un periodo aproximado de 75 días.
“Como son los meses que consideramos un poco más fríos, con temperaturas más bajas, esto puede favorecer la eclosión en los meses venideros”, apuntó Érika Peralta.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), se estima que este 2018 llegaron a esta playa oaxaqueña más de un millón de tortugas.
Cada una suele depositar cerca de 100 huevos, lo que sumaría un total de 100 millones de huevos.
La tortuga golfina (Lepidochelys olivacea) es afectada por los humanos, quien saquean sus nidos.
Una vez obtenidos los huevos, estos son comercializados de forma ilegal, obligando a las autoridades federales a endurecer la vigilancia en la playa de Oaxaca.
Aunque en el mundo existen 12 playas donde anida esta especie, de acuerdo con la Comisión, la playa de “La Escobilla” es la más importante por ser la que registra el mayor número de arribos.
Según datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la tortuga golfina sufrió un descenso poblacional considerable en las décadas de 1960 y 1970 debido a la pesca indiscriminada que casi la lleva a la extinción.
En la actualidad, su población crece día a día y ya es abundante en el Pacífico y otras partes del mundo.
“Se encuentra en franca recuperación, aunque no del todo”, matizó en una reciente conferencia de prensa el investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM, Alberto Abreu Grobois.
El cambio climático también afecta a las tortugas marinas, pues su población -junto a la de los cocodrilos y lagartijas- puede disminuir a causa de las variaciones de temperatura.
Esto se debe a que estas especies tienen la particularidad de que la temperatura de la incubación determina su sexo, por lo que el incremento de la temperatura global del planeta puede afectarles.
“Si la temperatura sigue subiendo, las poblaciones podrían reducirse”, sostuvo en una reciente rueda de prensa la científica del Instituto de Ciencias Genómicas de la UNAM, Paola Cornejo.
Además de la posible merma de población de tortugas marinas por motivos reproductivos, el pasado verano se dieron en México disminuciones de población debido a diversos accidentes.
El 28 de agosto fueron encontradas frente a las costas de Oaxaca alrededor de 300 tortugas golfinas muertas al quedar atrapadas en redes de pescadores.
También el 25 de agosto una fiesta en las playas de Isla Salmedina, en Veracruz, dejó muertas centenares de tortugas lora (Lepidochelys kemp), especie también en peligro de extinción.
Esta nota originalmente se publicó en Excélsior
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