Martha Ramos Hernández es una trabajadora con discapacidad visual que se desempeña en el Módulo de Atención de la Secretaría de Administración, lugar en el que cumple la labor de orientar a las y los visitantes al complejo gubernamental.
Su actitud amable y generosa, le permite canalizar a las personas que acuden a este espacio para trabajar o realizar trámites. Además, conoce la ubicación de diferentes áreas del complejo, por lo que siempre se acercan a ella cuando se trata de encontrar alguna oficina o dependencia.
Nació con glaucoma, enfermedad degenerativa que le ha quitado casi la totalidad de la vista, pero ha fortalecido su espíritu. Comparte la vida con su esposo, quien también es una persona con ceguera y su hijo de cinco años.
En el Módulo de Atención trabaja con tres personas, también con discapacidad, con quienes ha formado un equipo sólido y fraterno. “Tengo una buena relación con mis compañeras y compañeros, nos apoyamos en lo que podemos y entre todos nos complementamos”, refiere la trabajadora quien, por ahora, se desempeña desde casa por la pandemia que atraviesa el estado.
Antes de llegar a la Secretaría de Administración brindaba servicios en el DIF estatal, donde aprendió lectura en Braille y el uso del bastón blanco para ciegos. En ambas instituciones obtuvo importantes conocimientos y la fortaleza para seguir adelante.
Martha siempre está dispuesta a aportar, por ello cuando alguien se acerca, siempre busca apoyar. “Siempre les digo a las personas que se acerquen al módulo, que nos pregunten y confíen en que estamos aquí para apoyarlos. Nosotros somos personas capacitadas y dispuestas a servir con los ojos del alma”.
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