Los muchos presidentes de México

Joel Hernández Santiago

 

El furor por las elecciones de 2024 comenzó en México hace meses. Todo en el gobierno mexicano y en la política nacional están encaminados hacia la fecha fatal: El 2 de junio de 2024, cuando 30 de las 32 entidades federativas tendrán elección a alguno de sus poderes estatales o municipales. 

 

Se incrementa la polarización que ya hoy se sufre en todos los ámbitos de la nación, al mismo tiempo que el discurso de confrontación y el de atizo para ganar adeptos y votos favorables en el Congreso. El resultado es que muchos sectores de la sociedad mexicana están colapsados: el uno contra el otro, los muchos contra otros en plena guerra de crítica o defensa del gobierno de la 4-T. 

 

Y esta 4-T sabe que necesita hacer alianzas desde ahora, acaso porque pronto se tendrá que votar en la Cámara de Diputados la iniciativa presidencial de la Reforma Electoral por la que se suprimen figuras legislativas aunque el fin último de esta propuesta es la de la desaparición del Instituto Nacional Electoral tal y como está ahora. 

 

Pero a la 4-T también le urgen alianzas. De hecho el presidente de México se ha mostrado solícito con los gobernadores de estados de oposición, como fue el caso de Nuevo León y Jalisco: 

 

En días recientes, tanto Samuel García como Enrique Alfaro de Movimiento Ciudadano han recibido los “mejores saludos y todo el apoyo de la presidencia de México”. Corresponde a estos gobernadores decidir si escuchan el canto de las sirenas o si se cubren los oídos para evitar tentaciones. 

 

En todo caso tanto al exterior como al interior de Morena el ánimo está a punto de estallo. Ya se perciben confrontaciones entre los distintos grupos que integran a este Movimiento. 

 

Quizá esto tenga que ver con su origen, porque está conformado con gente proveniente de distintos grupos o partidos políticos: PRI, PRD y por supuesto aquella izquierda dispersa. Sin embargo no es un partido homogéneo, y ahí está su debilidad. 

 

Y ya se comienza a ver el síndrome del PRD al interior de Morena. Que es la lucha de grupos internos, de tribus, de seguidores de uno u otro personaje sobresaliente. Y eso será uno de sus puntos de quiebre en las elecciones de 2024.

 

Esta misma división se atiza desde Palacio Nacional, toda vez que de hace tiempo a la fecha el presidente ha dado a conocer los nombres de quienes podrían  estar en la lista final para que, antes de que dé a conocer quién será su candidato o candidata… 

 

Para empezar desde hace meses ha orientado la mirada de los militantes de Morena –y sus simpatizantes- hacia la figura de Claudia Sheinbaum, la jefa de gobierno de la Ciudad de México; la misma que al conocer sus posibilidades y estimulada por el Ejecutivo del país, hace circo-maroma-teatro para quedar bien con él, para mostrarle su firme disposición a obedecer sus órdenes y a mostrarse solícita a toda señal presidencial. 

 

Ella cree que será porque se siente privilegiada en el ánimo del presidente. Él le hace señales favorables y luego de la andanada social por la caída de un vagón de la línea 12 del Metro en la que  murieron 26 personas, el 1 de julio de 2021 con motivo de un evento por el tercer aniversario del triunfo de Morena militantes gritaron ‘Presidenta-presidenta-presidenta’ a la jefa de Gobierno.

 

Aquel fue el primer caso. Y de ahí en adelante ella se siente presidenciable. Como también Marcelo Ebrard Cassaubon, que pese a que con frecuencia desde Palacio Nacional le hacen a un lado en decisiones que tienen que ver con la política exterior de México…

 

Y luego de que lo han ocupado lo mismo para remendar que para cocer, él sigue firme en creer que puede ser el hombre del presidente para ser candidato presidencial. Y este fin de semana grupos de Morenistas le gritaron “¡Presidente-presidente-presidente!” luego de su anuncio del apoyo presidencial a países centroamericanos y de la vacunación nacional. 

 

Ya había ocurrido antes con el secretario de Gobernación, quien en el 28 abr 2022 luego de que el presidente de México destacó su labor al frente de la Secretaría de Gobernación, grupos de Morenistas le expresaron su apoyo y le gritaron en un acto público “¡Presidente-presidente-presidente!”. 

 

Y para no dar su brazo a torcer, Ricardo Monreal Ávila, coordinador del grupo de Morena en el Senado de la República y a quien el presidente ha hecho a un lado de su lista de favoritos presidenciables, él mismo ha dicho que con apoyo o sin él, estará en las boletas de voto en junio de 2024. 

 

Y para no quedarse atrás, también este fin de semana en Quintana Roo, en un evento de apoyo a Mara Lezama, asistentes gritaron “¡Presidente, presidente-presidente!” al senador morenista.

 

Así que hay cuatro gallos dispuestos a sacrificarse por la patria el 2 de junio de 2024. Quieren ser presidentes del país. Sólo uno será candidato por Morena y sus aliados. Pero mientras esto ocurre la guerra interna en Morena está declarada. Los unos contra los adversarios internos. 

 

El presidente mira complaciente y será él mismo quien, a punto de turrón dirá quién es el elegido o la elegida… Pero para eso falta poco menos de dos años y el desgaste político ya está a la vista. 

 

Quien resulte electo-presidencial sabe que lleva las de ganar por ser el partido en el poder y porque la oposición sigue indecisa y sin estructura ni proyecto de nación y mucho menos candidatos o candidato… Así que en adelante veremos los desfiguros de cada uno de los mencionados. 

 

Sé el primero en comentar

Déjanos un comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


*