CIUDAD DE MÉXICO.- “Nada más decir que desde luego estamos en contra de esta ley draconiana (…) una ley deshumanizada por completo, anticristiana, injusta, violatoria de preceptos (…) no solo del derecho internacional, sino hasta violatoria de la Biblia”, señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador con respecto a la entrada en vigor de la Ley SB4 en Texas, que endurece la criminalización de la migración ilegal.
La medida –firmada por el gobernador texano, Greg Abbott– que se encuentra en un impasse debido a que, mientras la Corte Suprema permitió su entrada en vigor, la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de EU la revirtió.
En el transcurso de este miércoles se desahogará una audiencia en la que los gobiernos de EU y Texas presentarán sus argumentos; el primero señala que viola su facultad exclusiva en el tema migratorio, mientras el segundo señala que es la única forma de contener la migración en sus fronteras.
En este tenor, López Obrador advirtió que su administración se quedará de “brazos cruzados” si llegase a entrar en vigor, pero pidió esperar a cómo se desarrollan los acontecimientos y en caso de que tenga luz verde:
“No queremos adelantar lo que podríamos hacer en caso de que quieran en Texas el gobernador y todos estos anti-migrantes, anti-mexicanos hacer, si pretendieran deportar, por ejemplo, que no les corresponde, ¡nosotros no aceptaríamos deportaciones!, de una vez lo adelanto al gobierno de Texas y no nos vamos a quedar con los brazos cruzados”.
Previo a esto, la Secretaría de Relaciones Exteriores, informó que no aceptará deportaciones de migrantes bajo esa ley:
“El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), reprueba la entrada en vigor de la ley SB4 en Texas, que pretende detener el flujo de personas migrantes mediante su criminalización, fomentando la separación de familias, discriminación y perfilamiento racial que atentan contra los derechos humanos de la comunidad migrante”.
La ley SB4 le permitiría a la administración de Texas detener y deportar a los migrantes que crucen sus fronteras, además de que amenaza con penas de hasta 20 años de prisión a los reincidentes.
El gobernador texano, Greg Abbott, mantiene desde hace años una dura postura contra la migración, al punto de instalar boyas, alambre de púas o desplegar a la Guardia Nacional en los límites de Texas y México.
Con información de 24 Horas
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