En el distrito de Kanungu, al suroeste de Uganda, hace 20 años una secta religiosa quemó a 700 de sus seguidores. Fueron encerrados en una iglesia, posteriormente, el líder religioso le prendió fuego.
Se trataba de la secta Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios, esta secta creía que el fin del mundo iniciaría a comienzos del milenio.
Esta secta fue iniciada por Credonia Mwerinde una excamarera y prostituta y el exempleado del gobierno Joshep Kibwetere. Ambos relataron a la comunidad que en 1980 habían experimentado visiones de la Virgen María.
Posteriormente, organizaron el movimiento cuyo propósito era obedecer los diez mandamientos y dispersar la palabra de Jesucristo.
Este culto influyó en el sentido de pertenencia de la comunidad, pues los habitantes comenzaron a acoger a distinta familias, asimismo, comenzaron a cultivar su comida, administraban escuelas y en general se constituyeron como una comunidad autosuficiente.
Los creyentes vivían principalmente en silencio, ocasionalmente usando señales para comunicarse.
Al parecer, los líderes de la secta también pudieron haber cometido asesinatos y torturas antes de la masacre final. En Kanungu se encontraron numerosas fosas amplias y profundas donde se recuperaron decenas de cuerpos que se cree que fueron arrojados durante varios años.
Cuando se acercó el día en el que la secta determinó que comenzaría el fin del mundo, el líder llamó a los seguidores hacia la iglesia, una vez que estuvieron dentro, el líder de la secta prendió el edificio.
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