
Joel Hernández Santiago
El domingo ocurrió en el Zócalo de la capital de México la magna reunión a la que convocó en días pasados la presidente de México, Claudia Sheinbaum. Pero también ocurrió una muestra de la incapacidad de la cúpula morenista para entenderse con la presidenta y para entenderse como corresponsables de los grandes problemas nacionales de hoy.
Según cálculos oficiales estuvieron ahí unos 350 mil mexicanos al grito de ‘Unidos contra el enemigo extranjero’ convencidos –según dijeron los organizadores morenistas de cada entidad del país— del buen oficio presidencial y de sus afanes por evitar mes a mes los aranceles con los que tiene amenazado al gobierno de México el voluble presidente de EUA-Donald J. Trump.
Pero también para insistir en que “somos un país independiente, que no nos sometemos, que nos coordinamos con el gobierno de EUA para perseguir a los cárteles de la droga… ¡Nada en contra de nuestra soberanía” y todo eso que ha dicho todos los días en su mañanera desde que Trump tomó posesión al cargo de presidente de EUA. Esta vez lo repitió de tal forma que ‘no se nos olvide’.
Ninguna novedad este domingo. O sí, algunas que no tienen que ver con el discurso oficial. Por ejemplo que se hizo un gasto millonario inútil al traer esa multitud de cada uno de los estados en los que gobierna Morena-4T. El mensaje bien pudo ser transmitido por cadena nacional a través de los múltiples medios de comunicación de gobierno y se hubiera evitado la muerte de 19 oaxaqueños que fueron llevados al mitin del domingo por políticos indolentes.
Sin embargo una cosa fue evidente este domingo. Y ya se sabe que en política no hay casualidades. Ocurrió que de nueva cuenta se perfila un rompimiento serio entre el grupo morenista ortodoxo y cercano al ex presidente López Obrador, y el grupo de afines a la presidente mexicana.
Ya semanas antes quedó claro que es el ex presidente de México quien gobierna aun y quien tiene operarios de gran calado en el Poder Legislativo y en la función pública:
Adán Augusto López, el político tabasqueño que es el líder morenista de la Cámara de Diputados y Gerardo Fernández Noroña, ahora morenista, quien preside la misma Cámara, fueron quienes operaron para que el Partido Verde Ecologista de México, en voz de su diputado Manuel Velasco, modificaran la iniciativa de la presidente, para legislar y evitar la reelección continua y el nepotismo. Una iniciativa ciertamente necesaria y con aprobación nacional…
Si. Pero no. Decidieron que en lugar de que la iniciativa presidencial operara a partir de 2027, será hasta el 2030, a pesar de la insistencia de Sheinbaum y a pesar de que, incluso, dentro del grupo legislativo de Morena hubo quienes pugnaron para que esto entrara en vigor en el 27. Lo mismo se aprobó días después en el Senado, encabezado por Ricardo Monreal: al 2030, ni más ni menos.
Y son los mismos, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, quienes echaron abajo la propuesta de la presidente Sheinbaum para cambiar al titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Se impuso el mandato de Palenque y se dejó ahí a la señora Rosario Piedra que tanto daño ha hecho.
Lo ocurrido el domingo pasado: Mientras la presidente caminaba para encabezar el discurso de su mitin en el Zócalo, le dieron la espalda figuras relevantes de la 4T: el coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López; Ricardo Monreal, coordinador morenista en Diputados…
… Manuel Velasco, coordinador del Partido Verde en la Cámara Alta; Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del Banco de México y Luisa María Alcalde presidenta de Morena, impuesta por AMLO durante su gestión. Esto para tomarse la foto de la solidaridad y el recuerdo con Andrés Manuel López Beltrán, hijo del ex presidente. “La emoción del momento” dijeron luego.
“La forma es fondo” decía Jesús Reyes Heroles. Así que lo que ocurrió ese día no pudo ser casualidad y sí para mostrar que ellos tienen el poder político del país, aunque no la presidencia.
Y sí, hay fisuras en Morena en todo el país. En Oaxaca, por ejemplo, el gobernador Salomón Jara Cruz gobierna bajo el signo de la 4-T pero los morenistas estatales y nacionales no lo ven con buenos ojos, no sólo por su falta de tacto y experiencia política, sino porque es evidente que la presidente de México no lo ve con buenos ojos.
Morena en cada entidad del país tiene sus problemas y fisuras. Hay una forma de fastidio porque a la militancia -dicen ellos- se les exige fidelidad y solidaridad, pero la militancia y sus simpatizantes quieren ser parte de la toma de decisiones y quieren tener beneficios para su persona política.
Una de las razones por las que el sistema de partidos políticos en México está en crisis es porque los partidos no se entienden como entidades políticas con una definición ideológica clara, con una cierta definición doctrinaria y una única aspiración de país. Los beneficios a los habitantes deben estar a la vista y sólo esto podrá darle continuidad a cada partido.
Son entidades de poder político y burocrático que benefician a sus líderes y a sus más cercanos militantes pero que no alcanzan a la multitud que los sigue. En el caso de Morena han inventado una fórmula costosa y aparente: la dádiva económica que confunde caridad con función pública. Sólo así han conseguido obtener gran votación.
Eventos como el del domingo pasado en el que el grupo de morenistas “ignoró” la presencia de la presidente Sheinbaum, y otros eventos de rebelión y rezongo nunca se los hubieran hecho a Andrés Manuel López Obrador. ¿Por qué hoy sí?
Ya se ha repetido aquí mismo cómo el presidente Lázaro Cárdenas mandó fuera del país a Plutarco Elías Calles en junio de 1935 porque no lo dejaba gobernar.
Y al mandarlo al extranjero, el presidente Cárdenas decidió hacer renunciar a todo su gabinete que acordaba con el ex presidente y no con él. ¿Cuánto tiempo para que esto ocurra en México? ¿Será? O ¿hay que esperar a que colmen el vaso?
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