WASHINGTON.— En agosto, los precios al consumidor aumentaron 8.3 por ciento, en comparación con el año anterior. Aunque sigue siendo alto, la inflación en dicho mes fue inferior al salto de 8.5 por ciento de julio y al máximo de cuatro décadas de 9.1 por ciento de junio. Sobre una base mensual, la tasa subió 0.1 por ciento.
⇒ La inflación sigue siendo muy más alta, lo que está presionando a la Reserva Federal, la institución a cargo de mantener la estabilidad de precios. Se prevé que la próxima semana, el banco central anuncie otro aumento de 75 puntos a las tasas de interés.
Por componentes, la inflación subyacente —la que excluye los rubros volátiles de alimentos y energía— avanzó 0.6 por ciento desde julio y 6.3 por ciento desde hace un año. Todas las medidas llegaron por encima de las previsiones de los expertos y prueba de que perduran las presiones inflacionarias.
Los economistas vaticinan que tardará unos dos años o más para que la inflación descienda a la meta de la Fed, de dos por ciento anual. Lo más probable es que en los meses próximos sigan aumentando los precios de productos, alquileres y servicios como la atención médica.
⇒ La aceleración de la inflación apunta a un costo de vida alto para los y las estadounidenses, a pesar de cierto alivio en el precio de la gasolina, que registró una caída de 10.6 por ciento.
Los republicanos han tratado de hacer de la inflación un tema principal en la campaña para las elecciones intermedias en noviembre. Particularmente, culpan de esta alza al paquete de estímulo económico de 1.9 billones de dólares aprobado por el presidente Joe Biden el año pasado.
Sin embargo, indicios de que la inflación ya ha alcanzado su máximo podrían impulsar a los demócratas en las venideras elecciones y, de hecho, probablemente han causado un repunte en los índices de aprobación de Biden, quien en sus discursos más recientes ha dejado de hablar de temas económicos y se ha centrado en sus logros legislativos.
AM.MX/dsc
Sé el primero en comentar