Harfuch: Popular e incómodo

Joel Hernández Santiago

 

A Omar García Harfuch le ha ido como en feria. Primero porque el presidente de México no lo quería como candidato a jefe de Gobierno de la capital del país; luego porque “de su pasado preguntan todo, que cómo fue”…

 

Le dicen que trabajó con Genaro García Luna, el mal averiguado ex secretario  de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón (PAN) y que ahora es enjuiciado en las Cortes de Estados Unidos. 

 

Que estuvo involucrado en la primera “Verdad histórica” del caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y que estuvo presente en las reuniones non-sanctas para redactar lo que habría de ser la posición del gobierno calderonista. 

 

Esto lo dijo a toda voz el subsecretario de Gobernación y Presidente de la Comisión para la Verdad y Acceso a la justicia del caso Ayotzinapa, Alejandro Encinas Rodríguez.

 

En la conferencia de prensa del 26 de septiembre, luego de su Segundo Informe sobre la Investigación del Paradero de los Jóvenes Normalistas, de manera oficiosa y como no viniendo al caso, respondió que el ahora aspirante a la candidatura a jefe de Gobierno de la Ciudad de México “sí formó parte de las autoridades que crearon la ‘verdad histórica’ sobre los hechos ocurridos el 26 de septiembre de 2014.”

 

García Harfuch respondió el 27 de septiembre que estuvo en reuniones de trabajo que buscaban encontrar a los jóvenes, pero no para construir lo que se acusa: 

“En las reuniones en las que participé se establecieron las líneas de acción que se iban a seguir para buscar a los jóvenes en territorio, sin abordar temas de investigación. Lo anterior puede corroborarse con los documentos existentes, es decir, con las minutas que se levantaron por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, en donde se puede constatar que no tuve intervención alguna durante las reuniones” contestó.

El presidente participó luego en los dimes y diretes para intentar apaciguar la discusión, pero sin exculpar a García Harfuch: 

En La Mañanera del 29 de septiembre, el presidente aclaró que el exjefe de la Policía de la Ciudad de México sí acudió a las reuniones públicas por el caso Ayotzinapa; sin embargo, “esto no quiere decir que participó en la desaparición de los 43 jóvenes normalistas el 26 de septiembre del 2014 en Iguala, Guerrero”, aseguró.

“… Hay que aclarar las cosas como son, no mentir, no utilizar estas cosas para perjudicar a posibles adversarios o competidores u otros futuros candidatos, y no utilizar un caso tan lamentable como el de los jóvenes de Ayotzinapa, desaparecidos, con fines politiqueros”, subrayó.

Pero mientras son peras o son perones, agentes oficiosos de Morena han desatado una guerra interna y externa con la intención de anular la participación de García Harfuch en la consulta de Morena-Ciudad de México para decidir al defensor de la 4T, la cual se llevará a cabo en estos días. 

El presidente no quiere a García Harfuch como representante de Morena para la jefatura de gobierno en la Ciudad de México. Ese no querer significa lo peor: que oficiosos morenistas-4-T se ocuparan de hacer la guerra e intentar anular, desprestigiar y acusar al candidato propuesto por la poseedora de la “Vara de Mando” del poder nacional: Clara Sheinbaum.

De hecho, inmediato al nombramiento de Harfuch y al comenzar las mediciones de aceptación ciudadana y ver que el policía capitalino encabezaba esas simpatías, en contraposición el presidente propuso a Hugo López Gatell…

… El subsecretario de Salud federal sí muy cuestionado y con bajísimos niveles de aceptación no sólo en la capital de México sino en todo el país e incluso en el extranjero. Una propuesta que para muchos es –como ha se ha dicho aquí- “una broma macabra”. En realidad lo que se busca aquí es que participe para la jefatura de Gobierno o al Congreso, como plurinominal, que es decir: Fuero. 

La guerra en contra de Harfuch está declarada por distintos bandos. Apenas el 1 de octubre se supo que oficiosos, presuntamente seguidores de la también aspirante a jefa de Gobierno capitalino, Clara Brugada, se pasan la vida borrando las alusiones a García Harfuch en bardas de la capital del país. Por supuesto ella se deslinda. Pero… 

El presidente ya se dio cuenta, como los otros aspirantes a ocupar la jefatura de Gobierno, que García Harfuch lleva delantera en las preferencias capitalinas: morenistas o no. Y ese capital político no lo pueden hacer menos en tiempos en los que necesitan acumular votos para conseguir congresos de mayoría calificada y gobiernos estatales.

García Harfuch dice que no quiere ser “factor de división interna en Morena”. Lo que sugiere que si las agresiones rebasan los límites de la tolerancia, podría dejar de lado sus aspiraciones políticas. 

Pero por su parte y de forma ambigua, Palacio Nacional, sugiere apoyarlo por el capital político que representa el ex policía, y dice que “La gente sabe muy bien quién es quién y hay que respetar al pueblo”.

En todo caso de seguir la tendencia capitalina, y como se ven las cosas, García Harfuch es muy popular en la capital del país, pero también es incómodo para muchos políticos capitalinos y nacionales sobre todo para Palacio Nacional. 

Y podrá ser muy admirado y ser muy querido por muchos capitalinos, por sus logros al disminuir la delincuencia, la violencia y la criminalidad en la ciudad de México, pero…

El problema es el manipuleo de la famosa “Consulta interna” de Morena, que como ya ha expuesto Marcelo Ebrard, puede ser manejable y dispuesta a favor del candidato que ese mismo Palacio Nacional disponga y así… pues ya veremos si es cierto que “hay que respetar al pueblo”.

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