29 de Julio de 2020
El regaño del presidente López Obrador a los legisladores por no aprobar a tiempo las iniciativas de ley que ordena al Congreso tuvo efectos perniciosos en el PRI: se dividió.
Dos de sus diputados tricolores hicieron posible ayer que se alcanzara una mayoría calificada en la Comisión Permanente para convocar a periodo extraordinario tanto en San Lázaro como en el Senado.
Entre los temas de la agenda de este extraordinario están las modificaciones a la Ley de Adquisiciones que permite al Ejecutivo la compra de medicamentos en el extranjero.
Dos diputados “primores” le dieron también el sí a la eliminación de “algunos” fideicomisos.
Uno de ellos es el de la exgobernadora de Yucatán, Dulce María Sauri. Confieso que me sorprendió. Ha sido crítica de la 4T, pero ayer votó con ellos.
El otro lleva lógica. No es la primera vez que Rubén Moreira, exgobernador de Coahuila, le hace el juego al presidente López Obrador.
Justo es decir que no todos los priistas votaron con Morena y sus rémoras.
Los senadores Claudia Ruíz Massieu y Manuel Añorve votaron en contra de darle un golpe a la soberanía en materia de salud.
También se opusieron a que AMLO meta mano a 16 mil millones de pesos que están en el primer paquete de cinco fideicomisos que se van a extinguir.
¿Qué pasó en los grupos parlamentarios del PRI?
“No hubo coordinación entre coordinadores”, nos dijeron en la bancada tricolor en la Cámara alta.
Al perredista Miguel Mancera lo señalaban como el legislador que haría la diferencia a favor de las pretensiones de Morena. Se equivocaron. Votó en contra.
EL PAN y el MC tampoco le dieron su voto a las iniciativas empujadas por el Presidente en ambas cámaras.
La celebración del periodo extraordinario de sesiones se aprobó con 25 votos a favor y 11 en contra. La mayoría calificada se alcanzaba con 24 votos.
*La iniciativa de Mario Delgado —aunque en realidad es de AMLO— deja a la deriva a la industria farmacéutica nacional.
En laboratorios mexicanos se produce el 80 por ciento de los medicamentos llamados “genéricos”, mucho más baratos que los de patente.
El argumento que utiliza AMLO para justificar la compra en el extranjero es la corrupción que prevaleció en esa industria durante los gobiernos “neoliberales”.
Pero el esquema de compra en el extranjero no incluye candados para evitar la corrupción.
Tampoco establece límites presupuestales a las contrataciones, ni temporalidad ni si es 50 o 100 por ciento de las compras gubernamentales, como bien apuntó el diputado del MC, Mario Alberto Rodríguez.
* En la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf) están desolados. La compra de los medicamentos fuera del país va a provocar quiebras y más pérdida de empleos.
Su director ejecutivo, Juan de Villafranca, vaticina la agudización de la escasez de medicamentos, Sin rodeos advierte que, en su momento, los que aprobaron las modificaciones tendrán que “asumir las consecuencias”.
La Amelaf está de acuerdo en que si algún individuo o empresa cometió abusos, se sancione. Pero no que se ponga de rodillas a todos los laboratorios mexicanos.
“En este tema hay dos vertientes. La ficticia y la real. La ficticia es una Ley de Adquisiciones para comprar todo fuera. La real: es imposible implementarla.
“El DNA de la burocracia es lento. Si pudieran operarlo se tardarán otros dos años. De aquí a entonces van a generar desabasto. Además, será muy difícil garantizar la calidad de los medicamentos”, asevera.
Una y otra vez, Villafranca afirma que es imposible concretar la compra de los medicamentos en el extranjero. “Nadie se ha atrevido a hacerlo”, subraya.
La Oficina de la Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) asesora a gobiernos.
Pero no se meten a comprar. El mismo caso para otras agencias de la ONU.
“Es un tema de Estado. No va a haber manera de traer todos los medicamentos que se necesiten. Ni en volumen ni en calidad. Además, está el tema de la distribución”, advierte.
Pero no le harán caso.
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