25 de Febrero de 2020
Es irresponsable —y me quedo corto— difundir la versión de que el propósito principal de la convocatoria #UnDíaSinMujeres, el 9 de marzo, es preparar el terreno para un “golpe blando” en contra de López Obrador.
Lo escribió John Ackerman en redes sociales. Su esposa, Irma Eréndira Sandoval, titular de la Función Pública, lo retuiteó. No alcanzo a imaginar la irritación que esas palabras provocan entre las muchísimas mujeres que decidieron adherirse al paro nacional para protestar por la violencia que padecen.
El propio Presidente ha contribuido en mucho a esparcir la idea de que al movimiento que tiene programado manifestarse el ocho de marzo, y parar el nueve, lo manipulan los conservadores para desacreditar su gobierno.
AMLO se ha lavado las manos de los feminicidios con el gastadísimo recurso de responsabilizar al neoliberalismo de los asesinatos de Ingrid y Fátima, las dos gotas que derramaron el vaso. El jefe de la nación parece incapaz de procesar el hartazgo que existe por los asesinatos de mujeres. Es cierto que no iniciaron con la 4T, pero ahora los responsables de frenarlos son él y su gobierno.
- Francamente, no veo por ningún lado en qué se sustenta Ackerman para hablar de “golpe blando” o para que López Obrador compare la indignación de las mujeres en México con los “cacerolazos” que precedieron, en 1973, el golpe contra Salvador Allende en Chile. Palacio Nacional no es el Palacio de la Moneda, con todo lo que ello implica. Es una ofensa sostener que las mujeres son manipuladas, utilizadas como títeres por malévolos golpistas que desde la oscuridad mueven los hilos para desestabilizar al hombre providencial.
- A la convocatoria al paro de mujeres se han sumado varias notables de Morena. Y no hablo de Irma Eréndira ni de Dolores Padierna. Ayer les pregunté a dos integrantes del partido en el gobierno si se van a sumar al paro nacional. Las dos son diputadas. Las dos dijeron que sí.
Habla Lorena Villavicencio: “Estoy a favor del paro nacional #UnDíaSinMujeres para visibilizar la violencia feminicida. Pero también la desigualdad que precede a la violencia que se ha convertido en flagelo de mujeres. Es una convocatoria sin destinatarios y, si así fuera, las responsabilidades son compartidas. Todos los poderes y niveles de gobierno, así como fiscalías y defensorías públicas. Es importante como un acto de resistencia pacífica, cohesión social y de toma de conciencia”.
Aleida Alavez: “Sigue habiendo toda una serie de omisiones en el Estado que no permiten detener la violencia que se vive y que vivimos las mujeres. Cualquier demanda en el sentido inverso es legítima. Tenemos que ser muy conscientes de acompañarla, de ser receptivas… Sí me voy a sumar. De hecho estamos haciendo muchas reuniones con muchas mujeres para articular nuestras voces con las de Marcela Lagarde y de los Ríos y Malú Micher, que son voces autorizadas que nos ayudan a dejar de ver este tema como uno de jaloneos políticos, y a que lo veamos como mujeres…”.
- Va una de Chiapas. Tiene que ver con el desalojo a macanazos de directivos y empleados de la planta Filtros y Purificadores Aztlán, en Tuxtla Gutiérrez, sin orden judicial de por medio y sin permitir que sacaran sus pertenencias, equipos, documentos. Allí se quedaron también 11 automóviles.
La irrupción de 115 granaderos en la planta se produjo el 20 de noviembre de 2019, en venganza, dicen en la empresa, por la denuncia que se presentó ante el Tribunal de Justicia Administrativa por un adeudo que ya alcanza 309 millones de pesos y que no quiere cubrir el municipio. Hay también una denuncia penal en contra de René León Farrera, gerente del Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Tuxtla Gutiérrez, y de Arquímedes Cameras Nango, director de Administración de ese sistema. Fueron ellos los que gestionaron el desalojo. Pero en la empresa responsabilizan directamente a Carlos Morales, presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez. “No hubiesen hecho nada si el alcalde no lo pide”, nos aseguran. La denuncia es por despojo, robo y lo que resulte.
EXCCELSIOR
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