En plena cuenta atrás para la votación final del acuerdo del Brexit, el fiscal general Geoffrey Cox ha asestado un golpe bajo a Theresa May con su interpretación legal de los cambios “in extremis” logrados en su viaje relámpago a Estrasburgo. Según Cox, el compromiso alcanzado con la UE “reduce” pero no elimina los riesgos de que Reino Unido pueda quedar atrapado indefinidamente en la unión aduanera si se llega a activar la controvertida “salvaguarda” (para evitar la vuelta a la frontera dura en Irlanda).
Las conclusiones de Cox reactivaron el temor a un nuevo rechazo parlamentario del acuerdo de May en la votación prevista para el martes por la tarde. La libra se desplomó vertiginosamente en cuanto se publicó el informe. Los diputados del ala dura del Partido Conservador advirtieron que, tras la interpretación del fiscal general, está claro que los “cambios legales y vinculantes” logrados por May no son suficientes.
“Mi reputación personal es más importante para mí que mi reputación como político”, advirtió Cox, a la hora de justificar su peculiar evaluación del compromiso sellado la noche anterior por Theresa May y el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, que advirtió claramente al Parlamento británico: “No habrá una tercera oportunidad”.
Según Cox, pese a la creación de un “instrumento interpretativo” o un mecanismo de arbitraje, el Reino Unido no tendría la garantía de poder renunciar unilateralemente a la salvaguarda irlandesa en el caso de que fuera activada “simplemente por las diferencias insuperables” entre Londres y Bruselas durante la negociación del futuro acuerdo comercial.
Las garantías logradas por May, así como la declaración unilateral del Reino Unido que acompañó al compromiso alcanzado el lunes con Juncker, sirven sin embargo para “reducir el riesgo de que el Reino Unido se vea indefinidamente e involuntariamente atrapado” en la unión aduanera, según el informe que el propio Cox defendió horas después en la Cámara de los Comunes.
Pese al silencio guardado durante horas, los brexiteros aprovecharon la presentación del informe en la Cámara de los Comunes para volver a disparar bajo la línea de flotación de Theresa May. “El riesgo legal para el Reino Unido no ha cambiado”, certificó el diputado Owen Paterson, miembro del European Research Group capitaneado por el ultraconservador Jacob Rees-Mogg.
El boicot de un largo centenar de “tories” del ala dura sirvió para que el acuerdo del Brexit fuera rechazado en primera instancia a finales de enero por un margen de 230 votos. El Partido Laborista ha anunciado también que votará en bloque contra los cambios introducidos en el acuerdo. “El anuncio de May no ha cambiado realmente nada”, declaró el portavoz laborista del Brexit, Keir Starmer. “El informe del fiscal general demuestra que la estrategia del Gobierno se ha venido abajo”.
con información de el mundo
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