Joel Hernández Santiago
Hay una especie de irresponsabilidad de las autoridades federales de educación básica y media al empujar hacia las aulas a los niños, maestros, padres de familia y servicios auxiliares, aun con “semáforo en verde”. En una más de sus múltiples contradicciones, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, ha dicho que “lo de los semáforos es irrelevante”.
La pandemia está en un punto grave y lo será más si se mueve a esa multitud, así sea de forma “prudente, sin titubeos ni riesgos, que brinde certeza en lugar de incertidumbre e inestabilidad, como ha ocurrido en otros países” dijo el todavía secretario de Educación Esteban Moctezuma.
Esto lo dijo el lunes 4 de enero al conocer los resultados de evaluación de la Encuesta sobre “Aprende en casa II”.
El casi embajador de México en Estados Unidos señaló también que en “la nueva escuela mexicana” las decisiones que se toman son producto de los acuerdos entre autoridades, docentes y agentes educativos, por lo que “las imposiciones y las ocurrencias no caben en el ejercicio horizontal de la educación pública”. Sería conveniente saber con quienes tomó la decisión de ese regreso ‘prudente’, en qué consiste y qué opinan los maestros de aula y los padres de familia.
Hoy el problema más evidente es que aún no encuentra la punta del hilo de la madeja para que los niños puedan, al mismo tiempo, garantizar su salud y aprender; evitar contagiar o ser contagiados fuera de casa; proteger a padres de familia y a maestros, además de auxiliares escolares que contribuyen a que las escuelas funcionen al dedillo.
Cierto que nada es igual a que los niños asistan a la escuela y a las aulas para aprender ‘la O por lo redondo’ de los maestros, para lo que será su futuro, que es su vida. Pero dadas las circunstancias actuales de pandemia y de riesgo, las clases presenciales deben evitarse, como se suspendieron desde el 23 de marzo pasado. Bien hecho.
En adelante la intención fue la de encontrar fórmulas para que los niños pudieran aprender desde sus casas o sus ámbitos. Al principio se intentó mediante clases a través de internet, en modo digital, y muchos maestros participaron en esta fórmula interina de solución. Pero no hubo buenos resultados, toda vez que muchos niños en el país no cuentan con computadora u equipo que les permitiera tomar las clases…
En casos de excepción, los mismos maestros, vocados y capaces, diseñaron modelos de enseñanza aprendizaje mediante los nuevos modelos digitales, particularmente “zoom”. Como ocurrió en Santa María del Tule, en Oaxaca. Cosa que en esos casos da buenos resultados y es muestra de lo que se puede hacer…
Pero no ocurrió así en todo el país y de pronto “por esas cosas tan extrañas de la vida”, a unos días del viaje el presidente López Obrador a Washington el 7 y 8 de julio de 2020, acompañado por algunos empresarios de cadenas de televisión, “surgió” la flamante idea de que podrían darse clases por la vía de televisión abierta, para lo cual se contrató, precisamente, a las cadenas que acompañaron en ese viaje al Ejecutivo.
Por supuesto el asunto no era gratis. Y aunque se vistió de solidaridad y de acompañamiento en la lucha por la enseñanza, lo cierto es que la SEP pagaría 450 millones de pesos a estas televisoras por servicios para el programa ‘Aprende en casa’.
En algunos casos se transmitían esas clases de acuerdo con un calendario extraordinario, aunque de pronto también insertaron programas educativos de otros países cuya referencia con los niños mexicanos era ajena. En fin.
Así que este contrato habría de vencerse al término del año 2020. Los resultados están por verse aunque, también es cierto, a los niños hay que dotarlos de elementos de conocimiento lo más próximo a su realidad actual. De hecho, si estamos en los terrenos de la calidad y la eficiencia, 2020 es un año perdido para la mayoría de los niños de México en educación pública.
Pero de un tiempo a esta parte ha surgido una campaña de apertura de clases en aula; ya para brindar asesoría a los pequeños estudiantes o de plano que asistan a clases si alguna entidad está en “semáforo verde”.
Televisión Azteca insiste en que la gente debe salir a las calles y hacer su vida sin miedos; el secretario de Educación proviene de ese modo de pensamiento. Y ya se sabe la influencia que el mismo propietario de la cadena, señor Salinas Pliego, tiene en el Ejecutivo.
Así que a modo de estimular a los maestros a que regresen a clases, el presidente ha dicho en varias ocasiones, y todavía el martes 5 de enero: “Les hago un llamado a las autoridades a que empecemos a abrir las escuelas y que si van preparándose, en el caso de Campeche y de Chiapas serían los primeros maestros en ser vacunados”. O sea, si se van a las clases presenciales les vacunamos…
O sea, si salen y mueven la economía; les vacunamos. O sea, si sale y se arriesgan, les vacunamos. O sea si ponen en riesgo a los niños, a los padres de familia, a su familia, a los maestros, a los servicios educativos: les vacunamos…
Cuidar a los niños y maestros hoy es cuidar el futuro del país; abrir la economía hoy es bloquear esa misma economía mañana. Si, se deben encontrar fórmulas de enseñanza sin riesgos. Es un asunto de seguridad nacional y de seguridad a futuro.
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