El Zumbido del Moscardón
Alejandro Leyva Aguilar
En la costa Oaxaqueña muy cerca de Huemelula ocurrió un ecocidio. Unas 300 tortugas golfinas fueron masacradas en alta mar y sus cuerpos llegaron inermes a la playa donde los pobladores de esta ribera marina, los encontraron con horror.
La marea las arrastró hasta la playa del Morro Ayuta entre Huatulco y Salina Cruz. Todos los cuerpos de las tortugas hembras, presentaban un común denominador: fueron abiertas del vientre para que los preciados huevos fueran extraídos para luego tirar los cuerpos al mar.
Es una actividad que es común entre los pescadores ribereños que de vez en vez pescan una golfina para extraerle los huevos pero también para aprovechar su carne. La tortuga golfina cuyo territorio de desove es casi en todo el litoral oaxaqueño, ha sido protegida desde hace varios años y su población se ha ido recuperando incluso hasta quitarla de la lista de especie en peligro de extinción.
El Centro Mexicano de la Tortuga localizado en Mazunte, también en las playas de Oaxaca, protagonizó un papel muy importante en la recuperación de la tortuga Golfinay otras especies como la Laúd y Carey desde que el gobierno mexicano al principio de la década de los 90’s prohibió su pesca de manera total.
Playas como Morro Ayuta y Escobilla , está última entre Huatulco y Puerto Escondido, fueron resguardadas por la Marina para evitar el saqueo de los nidos toda vez que en ambas playas la arribazón de la tortuga anualmente es muy copiosa y año con año, miles de nuevos miembros son ingresados al mar.
Hace mucho tiempo que en Oaxaca no teníamos una masacre de esta naturaleza. 300 tortugas representan un acto deshumanizado, un ecocidio que tiene que ser investigado por las autoridades tanto estatales como federales para que nunca más vuelva a suceder.
Sin embargo pasa que en este gobierno de cuarta, los marinos militares que otrora resguardaban la costa y destruían redes de pesca clandestinas, hoy andan en otras labores, dándole abrazos y no balazos a los delincuentes como estos que están totalmente enseñoreados en el mar y pueden cometer una masacre como ésta.
El impacto de 300 tortugas adultas es lo suficientemente fuerte en el ecosistema marino de la costa de Oaxaca y de México como para que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, destine recursos necesarios, financieros y humanos para garantizar la protección de esta especie.
Justamente en los meses de octubre y noviembre, ocurre la arribazón de la Golfina en las costas de Oaxaca y es cuando más susceptibles son se saqueo por parte de piratas de los mares y las playas para que los huevos sean vendidos, sobre todo en los mercados del Istmo de Tehuantepec donde comprar un huevo de tortuga es tan fácil como comprar uno de gallina.
Sin embargo, la matazón de tortugas ocurrida en días pasados, es una muestra de la falta de vigilancia de quienes en gobiernos anteriores, custodiaban las playas y le daban la oportunidad a estos Quelonios de recuperarse del consumo indiscriminado.
No es posible que como sociedad pensante, no alcemos la voz para socializar y denunciar estos hechos que son dignos de una mente criminal y es necesario que las autoridades busquen, arresten y castiguen a los responsables de esta matanza de tortugas cuyos huevos fueron extraídos y su carne desperdiciada.
Anteriormente los decomisos de huevos de tortuga en esta zona de la costa Oaxaqueña, o se quemaban en un acto público -ya no sirven para reanidarlos- o eran donados a casas de asistencia donde eran destinados al consumo humano de personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad alimentaria.
Este aberrante hecho, está impune y, al menos a mi, me causa una terrible tristeza porque puede ser el preámbulo de algo peor, si es que las autoridades no hacen algo pronto al respecto. Apelo a la conciencia de quienes se dedican a la pesca ribereña a denunciar y a destruir las redes clandestinas y a estos asesinos del mar que andan sueltos, como casi todos los delincuentes en este gobierno de cuarta.
@leyvaguilar
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