* Impulsemos Un Día sin Periodismo, es decir, sin noticias ni información impresa, oída y vista, derivadas del vacío informativo por ausencia de trabajo de los periodistas. Bastarían 12 o 24 horas para obligar al mundo a voltear los ojos al origen de la protesta en México.
* Las protestas en las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso de la Unión, así como en las mañaneras, son sumamente trascendentales para hacer saber a los legisladores federales y al propio Presidente Andrés Manuel López Obrador que estamos hartos de agresiones.
La historia, madre y maestra de los seres humanos, enseña a lo largo de su devenir que la inteligencia, imaginación y creatividad humanas, no tiene límites, ni está sujeta a los conceptos de tiempo y espacio. Garantizan la vida más allá de la muerte meramente física en este plano y dimensión terrenal.
Es más, las crisis son oportunidades de crecimiento y desarrollo personal, familiar, social y nacional, precisamente porque aguzan el entendimiento, para encontrar opciones de solución, a través de la inteligencia, imaginación y creatividad humanas.
Sin fanatismo ni fundamentalismo mal entendidamente religioso, son la parte divina de los seres humanos. Son las cualidades que nos hacen semejantes a Dios. Así de grandes somos los seres humanos, incluyendo a los soberbios, aunque su estupidez atente contra su inteligencia.
Antes que por instinto de supervivencia nos veamos obligados a armarnos y a matar en legítima defensa, los periodistas estamos obligados a echar mano precisamente de la inteligencia, imaginación y creatividad como instrumentos de defensa.
Ante la impune orgía genocida por el asesinato de periodistas es indispensable hacer ejercicios de creación de escenarios futuros y concluir que continuará el impune exterminio de periodistas y comunicadores desde poderes fácticos cómplices del poder.
En consecuencia, es imperioso obligar al mundo libre a voltear sus ojos hacia el baño de sangre de mexicanos de cualquier sexo y edad en general, pero especialmente de mujeres y periodistas, con desapariciones, asesinatos y feminicidios impunes.
Bienvenidas las diversas modalidades de movilizaciones, legales y pacíficas, marchas y plantones, pero no bastan, es necesario ir más allá de nuestras fronteras con acciones nuevas, sin precedente histórico, audaces y temerarias, fruto de la imaginación y creatividad.
En un ejercicio de creación de escenarios futuros hay que preguntarse qué pasaría si muy pronto las crecientes protestas de los periodistas mexicanos que ya han ganado la calle y las plazas públicas aterrizaran inéditamente en Un Día sin Periodismo.
No sólo sería una acción gremial sin precedente alguno en la historia de Oaxaca y México, sino quizás en el mundo global. Al lado del voto de castigo, la crítica y denuncia periodística, son armas pacíficas y legales verdaderamente demoledoras.
Sin embargo, hay una condición indispensable para que realmente tengan éxito y se conviertan en tiros de precisión en la línea de flotación gubernamental, obligada y necesariamente tienen que ser acciones verdaderamente masivas, a fin que tengan un efecto multiplicador.
Ahora, imaginen Un Día sin Periodismo, es decir, sin noticias ni información impresa, oída y vista, derivadas del vacío informativo por ausencia de trabajo de los periodistas. Bastarían 12 o 24 horas para obligar al mundo a voltear los ojos al origen de la protesta en México.
Los periodistas no debemos olvidar que nuestro capital humano representa la mayor valía de los medios de comunicación para los que trabajamos, tradicionales, impresos o electrónicos, o bien emergentes en plataformas digitales, por tanto, merecemos respeto en sentido amplio.
La pregunta obligada es, seremos los periodistas capaces de unirnos y anteponer en muchos casos nuestra soberbia, mezquindad y protagonismo, nuestros mal entendidos celos profesionales y egoísmo humanos. Sonó la hora de hacerlo por instinto de supervivencia.
El panorama es sumamente sombrío y soplan vientos de fronda que amenazan agravar la tormenta con todas las graves consecuencias que ello trae consigo: Se continuará pasando de las agresiones físicas a las desapariciones y asesinatos al igual que ocurre con los asesinatos de mujeres y los feminicidios.
O nos unimos y organizamos ciudadanamente, por conveniencia e interés por salvar la vida, para planear y planificar acciones de autodefensa, al margen de filias y fobias, de éxitos, de amistades y enemistades, o finalmente iremos pereciendo de manera selectiva.
Las protestas en las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso de la Unión, así como en las mañaneras, son sumamente trascendentales para hacer saber a los legisladores federales y al propio Presidente Andrés Manuel López Obrador que estamos hartos de agresiones.
Con todo y su trascendencia, a nuestro juicio, no obstante, estas manifestaciones justas y legítimas no bastan por sí solas para obligar a los representantes populares y al principal agresor desde el púlpito de las mañaneras a respetar a los periodistas y a velar por su seguridad.
Es necesario presentar Quejas y Denuncias, y Juicios de Amparo masivos a nivel nacional por la violación a los derechos humanos fundamentales a la salud, a la vida y al trabajo, por los asesinatos de periodistas que atentan contra la Libertad de Expresión y de Prensa, y por el Derecho a Saber.
@efektoaguila
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