* Hasta cuándo sancionará el gobernador la ineptitud, corrupción y deslealtad, y por qué es tan exagerada y mal entendidamente tolerante con sus amigos y colaboradores ineficientes e ineficaces.
* Hay muy mala leche en los diputados de Morena de las tribus de Salomón Jara y Flavio y Horacio Sosa, como se evidenció en el retorno a Copala de los triquis del MULT-I- ¿Es tolerancia o complicidad?
En la recta final de su gobierno, Alejandro Murat Hinojosa enfrenta muchos problemas históricos derivados de la desigualdad y la pobreza, agravados por la Tercera Ola de la infernal pandemia de la COVID-19.
Entre el cúmulo de retos diarios, el mandatario estatal tiene un grave problema: cotidianamente enfrenta a enemigos y traidores. Salvo excepciones, cohabita a diario con el enemigo en su gabinete legal y ampliado.
La percepción general del pueblo de a pie atribuye a su frecuente ausencia del estado y excesivo afecto a sus amigos yupis y colaboradores más cercanos su omisión con la ineptitud, corrupción y traición.
En tales condiciones, los oaxaqueños se preguntan hasta cuándo sancionará enérgicamente el gobernador la ineptitud, corrupción y deslealtad, porque el tiempo se le escapa como agua entre las manos.
Al mismo tiempo, los ciudadanos de a pie, se preguntan a voz en cuello por qué el gobernante oaxaqueño es tan exagerada y mal entendidamente tolerante con sus amigos y colaboradores ineficientes e ineficaces.
La falta de información, adecuada y oportuna, sobre la permanente gestión del gobernador ante el gobierno federal, con base en la estrecha coordinación con el presidente, ha generado un creciente vacío de gobernanza.
Esa percepción se complica y agrava con la realidad del “fuego amigo” y las traiciones desde el interior del gabinete legal y ampliado, que provoca la constante inestabilidad y riesgo permanente de ingobernabilidad.
Con exagerada prudencia institucional el gobernador Murat Hinojosa ha privilegiado e insistido en el diálogo para no caer en las provocaciones de las organizaciones radicales que buscan incendiar el estado.
Hay muy mala leche, desde luego, en los legisladores de Morena, integrantes de las tribus dirigidas por Salomón Jara y Flavio y Horacio Sosa, como se evidenció en el retorno a Copala de los triquis del MULT-I.
Las diputadas federales de Morena-MULT, Beatriz Pérez López, propietaria, y Emelia Ortiz García, suplente, sabotearon el retorno a Tierra Blanca, Copala, de 135 familias triquis del MULT-I desplazadas por la violencia.
Oportunista, la UBISORT no deja pasar la coyuntura y exige de manera urgente un dialogo directo con el gobernador Alejandro Murat para garantizar la seguridad y la paz en las comunidades triquis.
Sin embargo, por falta de información y comunicación, se ha dado la impresión y percepción de presunta complacencia y complicidad gubernamental con las organizaciones radicales que bloquean.
Nada nuevo, ciertamente, porque mucho daño ha hecho a su administración desde el principio el estúpido enfrentamiento entre los dos grupos que se disputan permanente sus favores para sostenerse en el poder.
Ni los varios siniestros naturales que ha enfrentado a lo largo de cinco años, sismos, inundaciones, sequías y pandemia, han hecho tanto daño a su gobierno como el constante choque desleal entre yupis y yopes.
Esa actitud, es resultado de la falta de sensibilidad y visión política de la mayoría de los integrantes del gabinete legal y ampliado, sin importar si son yupis o yopes, da lo mismo, porque son igual de soberbios.
Esta realidad está a la vista de todos, toda vez que unos y otros son incapaces de coordinarse entre sí y menos son capaces de recibir a los presidentes municipales, como ocurre con Jorge Toledo en el COPLADE.
Yupis como, por ejemplo, el secretario de Finanzas, Vicente Mendoza Tellezgirón, llegan al extremo de ni siquiera dignarse a tomar la llamada al propio secretario de Gobierno, Francisco Javier García López.
La situación se ha agravado conforme avanza el tiempo e inicia el declive del gobierno muratista a grado tal que la mayoría de los integrantes del gabinete legal y ampliado se dan el lujo de no obedecer a Murat.
Un caso conocido Es el del cesado ex secretario de Seguridad Pública, Raúl Ernesto Salcedo, a quien en más de una ocasión el gobernador dio instrucciones precisas para que recibiera en su oficina a denunciantes de diversos delitos
Pero a este muy conocido caso se suman muchos otros, quienes traicionan al Jefe del Poder Ejecutivo estatal al no sólo no obedecerle, sino al jugarle las contras abiertamente al actuar deslealmente.
Otra percepción generalizada en la opinión pública es que al gobernador Alejandro Murat falta malicia y perversidad, al tratarse de un buen muchacho, educado, amable y atento que actúa de buena fe.
A ello atribuye la vox populi el que permita que sus amigos y principales colaboradores abusen permanentemente de su amistad y confianza a grado tal que los yupis sólo están en Oaxaca tres días de la semana.
Es el caso, también, del Fiscal General del Estado, Arturo de Jesús Peimbert Calvo, quien traicionando la confianza del gobernador y del Congreso del Estado irresponsablemente despacha desde la Ciudad de México.
La ambición desmedida en algunos casos y en otros el resentimiento de políticos y ex funcionarios públicos echa gasolina al fuego al apadrinar y utilizar a grupos de presión como Sol Rojo o a los ambulantes.
Por estos hechos, sonó la hora que el gobernador Alejandro Murat dé un manotazo en la mesa al estilo del presidente Andrés Manuel López Obrador ante Hugo López-Gatell, por el pésimo manejo de la pandemia.
alfredo_daguilar@hotmail.com
@efektoaguila
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