Los patios de unas cuatro escuelas afectadas por plomo tras el incendio de la catedral de Notre Dame serán completamente renovados, a fin de garantizar su descontaminación antes del regreso a clases, de acuerdo con el Ayuntamiento de París.
Tras la polémica desatada sobre la contaminación por plomo en la zona de la catedral por la nube tóxica causada por el incendio del pasado 15 de abril, el ayuntamiento de París lleva a cabo las labores de limpieza en los cuatro colegios públicos afectados por plomo.
La dirección de asuntos escolares de la capital señaló que de las 12 escuelas dentro del perímetro señalado por los expertos, solo en cuatro la tasa de plomo es superior a la autorizada, es decir de mil microgramos por metro cuadrado.
Los trabajos de desinfección en los patios de esos cuatro colegios iniciaron el miércoles y se terminará de retirar la cubierta de hormigón la próxima semana, de acuerdo con reportes de la prensa local.
Especialistas recomendaron la limpieza con una sustancia que se aplica directamente en el suelo y tras actuar durante 15 minutos absorbe todas las partículas minerales evitando que el polvo se disperse.
Tras el procedimiento, las máquinas excavadoras retiran el asfalto y lo almacenan en sacos reglamentarios para ser tratado como residuo contaminado.
Los colegios fueron cerrados desde julio tras detectarse altas concentraciones de plomo en el ambiente, superiores a siete mil microgramos por metro cuadrado, y se espera que queden completamente desinfectados para septiembre, cuando inicia el nuevo ciclo escolar.
Cientos de toneladas de plomo contenidas en la estructura de la catedral de Notre Dame se derritieron en el incendio, esparciéndose en forma de partículas en el ambiente.
Los niños son más vulnerables a la intoxicación por plomo debido a que su sistema nervioso está en pleno desarrollo, y aun con bajos niveles en la sangre, su inteligencia, comportamiento y aprendizaje podrían verse afectados, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Durante julio pasado, más de 160 niños fueron sometidos a pruebas médicas como parte de los controles de vigilancia, y es probable que dos tengan dosis superiores de plomo en la sangre.
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