Rosy RAMALES
Hace unos días el senador Salomón Jara Cruz consideró “que la valoración negativa de la calificadora Standard & Poor’s a Pemex y a CFE es tendenciosa y evidentemente obedece a intereses de mercado”.
Y bueno les dijo (como dice la vox populi) hasta de lo que se iban a morir, que no tienen calidad moral, que callaban y otorgaban calificaciones positivas en el pasado reciente, donde la corrupción era característica en la Industria Energética, etc.
Hasta sacó a colación la intención de morenistas de quitar toda facultad a las calificadoras, mediante una iniciativa para que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) revoque el permiso de operación de calificadoras en México cuyas opiniones descalifiquen la “fortalecida” economía mexicana.
¿Mordaza? ¿Intimidación? ¿O sea, queda prohibido opinar de manera calificada sobre el rumbo de nuestro país? Vaya, nada más faltaría meter a la cárcel a todo disidente aún cuando la opinión fuera en ejercicio de una actividad profesional.
Salomón Jara es vocero del grupo parlamentario de Morena en el Senado de la República. Su declaración ¿fue a título personal o a nombre de la bancada? El comunicado refiere a ésta, aunque rondan versiones solo de lo primero.
Salomón ¿querrá quedar bien con el presidenteAndrés Manuel López Obrador? ¿Por eso arremete en contra de Standard & Poor’s, la cual redujo la perspectiva crediticia de México y bajó la perspectiva de la calificación de Pemex.
Recuerden que aspira a la candidatura a Gobernador de Oaxaca para suceder en el cargo al priista Alejandro Murat Hinojosa, con quien compitió en el 2016 quedando a una nariz de ganarle como candidato de Morena per se.
El entonces perredista José Antonio Estefan Garfias quedó en segundo lugar como abanderado de la coalición PRD-PAN, pero en la división de votos Salomón llevó ventaja.
Oaxaca siempre ha sido una entidad proclive a la izquierda. Ahí sentó sus reales AMLO desde cuando contendió por primera vez a la Presidencia de la República, dándole triunfo casi de carro completo al partido del Sol Azteca.
No se diga una vez que creó a Morena; en la elección concurrente del 2018 dejó casi sin nada al PRI en la entidad oaxaqueña vía la coalición “Juntos Haremos Historia”: Le ganó las 10 diputaciones federales, las senadurías de mayoría relativa, 24 de 25 diputaciones locales uninominales y 12 curules plurinominales, además de ayuntamientos.
En ese contexto geográfico-electoral, Morena tiene muchas probabilidades de ganar próxima elección de gobernador. La pregunta es ¿con cualquier candidato? Porque entonces tiene ventaja Salomón Cruz, quien a decir verdad ha hecho trabajo político de base.
Pero si Morena (más bien el jefe político del morenismo nacional) privilegia factores diferentes, así como acuerdos anteriores con poderes fácticos locales (incluso con priistas), su candidato puede ser un cuadro del PRI, del PVEM o un externo 100% puro.
En ese contexto electoral cabe preguntar: Salomón ¿quiere seguir posicionándose en su natal Oaxaca? Tal vez, porque su equipo de trabajo se dio a la tarea de enviar el boletín de ladescalificación de las calificadoras a medios de comunicación a los cuales nunca remiten comunicados.
En fin, y no es temprano para hablar de la sucesión en Oaxaca aun cuando faltan tres años. Si para las elecciones a la Presidencia de México las candidaturas ya andan de boca en boca, y eso que apenas entró AMLO.
Y a ver qué dicen los competidores internos de Salomón Jara. Porque él quiere, pero en Morena hay otros cuadros importantes y bien posicionados como, por ejemplo, Francisco Martínez Neri; y Oswaldo García Jarquín, actual presidente municipal de la capital oaxaqueña.
En la recta a la sucesión, también se menciona el nombre de la Coordinadora Estatal del Gobierno Federal, Nancy Ortiz Cabrera. Aunque le faltan tablas, carisma, trato político y más. Tal vez a ella le reservan una candidatura al Senado en la siguiente elección.
Incluso, no habría que descartar el nombre deAlfredo Harp Elú (sí, tío de la senadora Susana Harp) y quien ha hecho obras altruistas en el estado de Oaxaca (bueno, eso es como quitarle un pelo a un gato). Además, el altruismo en empresarios tiene recompensas políticas.
En fin.
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