Rosy RAMALES
Sería loable que los partidos políticos renuncien a sus tiempos de radio y televisión para la difusión de promocionales que atiendan la situación de emergencia sanitaria por COVID-19 en nuestro país. Sin embargo, cabe preguntar: ¿Para qué?
Sí, para qué si la mejor promoción es la que hacen los servidores públicos, legisladores y políticos sobre el cumplimiento de las medidas sanitarias. Sin embargo, pululan quienes ponen el mal ejemplo.
Ahí está el caso más reciente: El subsecretario de salud, Hugo López-Gatell vacacionando en la paradisíaca playa nudista oaxaqueña de Zipolite, con calzones, pero sin cubre-bocas. Y días antes en redes sociales había recomendado “#QuédateEnCasa”,
¿Entonces?
Claro, tiene derecho a vacacionar, pero a lo que no tiene derecho es a poner en riesgo a la población primero saliendo sin guardar las medidas de protección, porque en las fotos se ve muy pegadito junto a las personas con las cuales convive (su familia dice él), sin cubrirse la boca y quien sabe si con las manos limpias; segundo, proyectando imagen de incongruencia y vale todo.
¡La gente ve! Por eso tampoco hace caso, porque si los principales funcionarios incumplen las medidas, entonces la gente piensa que no pasa nada y que son inventos del gobierno.
Qué grave. Los mismos servidores públicos se convierten en multiplicadores del virus y los mejores promotores del contagio.
Si el presidente Andrés Manuel López Obrador desde el principio de la pandemia hubiese usado cubre-bocas, la gente hubiera seguido su ejemplo. ¡Cuántas muertes se habrían evitado! Hoy van más de 1 millón 455 mil casos y 127 mil muertos.
Y en medios de comunicación internacionales se reportó que este lunes registró 6,464 nuevos casos y 544 muertes por la COVID-19. Con estas cifras, México se mantiene como el cuarto país del mundo con más muertes por la pandemia, solo por debajo de Estados Unidos, Brasil e India, según la Universidad Johns Hopkins, dijo Telemundo20.
Quien sabe si las autoridades lo entiendan, pero lo cuestionable no son las vacaciones de López-Gatell porque las merece y pudo tomarlas quedándose en casa, sino es su falta de responsabilidad y compromiso.
En las fotos en Zipolite para nada se le ve guardando la sana distancia. Incluso, circuló un video donde un hombre nalguea a su pareja cuando están sentados a la mesa de un restaurante en la playa; el rostro no se les ve porque los tapa una cortina de bejucos, pero dicen tratarse de él, lo relacionan por el color de ropa.
Entonces ¿cómo piden a la población en general ser responsables si los servidores públicos no dan el buen ejemplo?
Ahí están otros casos: el presidente del Senado, Eduardo Ramírez, y el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, también disfrutaron un descanso en Chiapas y hasta subieron fotos a redes sociales donde se les ve en un pequeño muelle, de short, chaleco salvavidas, tenis y sin cubre-bocas.
Se nota que darían un paseo en lancha y que no saben nadar.
Y a fines de diciembre, la alcaldesa de Naucalpan, Patricia Durán Reveles (Morena) se casó en Cuernavaca, Morelos, en un evento social concurrido.
Por citar algunos malos ejemplos.
Y cuando se ve a López-Gatell y a personajes de primerísimo nivel del actual partido en la Presidencia de México incumpliendo las medidas de protección contra el virus, cualquier persona puede imaginar que ellos ya se vacunaron contra la Covid-19 por eso andan tan campantes.
Mientras al pueblo suministran la vacuna a cuenta gotas, coincidentemente cuando han iniciado las precampañas y están por empezar las campañas de las elecciones concurrentes 2021.
Retomando el tema: Entonces ¿qué caso tiene que los partidos políticos renuncien a sus tiempos de radio y televisión si un promocional puede no tener ningún impacto en el ánimo ciudadano frente al efecto devastador del mal ejemplo de los servidores públicos, legisladores y políticos?
Pretender que los partidos políticos renuncien a sus tiempos de radio y televisión y que la autoridad electoral ceda los suyos es plan con maña.
Ninguno se promociona, entonces ninguno se posiciona en el ánimo del electorado, al fin que con la intensa labor de las mañaneras le sobre y le basta a Morena.
Claro, en la guerra y en el amor todo se vale, pero menos jugar con la salud de la gente; menos usar las campañas sanitarias con fines electorales.
Pedir a la autoridad electoral ceder sus tiempos de radio y televisión, tiene el mismo fin; máxime la administración, cuando ésta le corresponde al INE por mandato constitucional precisamente para evitar el agandalle partidario. Fue un logro de la oposición en aquellos tiempos donde muchos morenistas pertenecían al PRD (y al PRI).
Como es un derecho de los partidos, pueden renunciar a sus tiempos de radio y televisión. Pero como consejeras y consejeros electorales seguramente se dieron cuenta de ciertas aviesas intenciones, pues aprobaron ciertos mecanismos para que no se vayan por la libre.
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Correo: rosyrama@hotmail.com
Rosy RAMALES
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