Rosy RAMALES
Lo dicho. El proceso de selección de dirigencia de Morena no terminaría con el conflicto interno en el poderoso partido. Así que brilla por su ausencia el final feliz.
Por el contrario, Porfirio Muñoz Ledo anoche en su cuenta de Twitter advirtió: “No cederé ante la ilegalidad en MORENA. Seguiré la lucha por la vía judicial con el apoyo de las y los militantes y de la opinión pública.”
Y de inmediato en la red social se desataron comentarios a favor y en contra. Obvio, de personas interesadas en la suerte de Morena, que son los propios morenistas per se o vía troles. Los demás son observadores del pleitazo en el partido.
Ahora falta ver el desenlace de dos situaciones:
Primera: Que prospere la vía jurídica que Muñoz Ledo anunció, lo cual significa que impugnará el resultado de la encuesta de desempate entre él y Mario Delgado Carrillo, a quien el resultado favoreció cuando en la encuesta de reconocimiento y en la abierta Porfirio llevaba la delantera aun por décimas en ésta.
En caso de impugnar, probablemente la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirme los resultados del desempate siguiendo la lógica de las resoluciones anteriores de que las encuestas “constituyen un ejercicio estadístico y no un proceso de votación mayoritaria por lo que no es posible trasladar de manera automática los principios del sufragio en las elecciones ordinarias.”
Incluso, en la sentencia del pasado 21 de octubre, la Sala Superior validó el resolutivo por el que el Instituto Nacional Electoral (INE) instruyó la realización de otra encuesta (la del desempate).
Salvo que Muñoz Ledo impugne ilegalidades diversas y le atine. Pero difícilmente.
Entonces, jurídicamente ya no habría nada qué hacer. La selección de Mario Delgado quedará firme para dirigir Morena.
Segunda: Si en su oposición interna Porfirio continúa solo o con el respaldo del grupo que lo impulsó y arropó en la búsqueda por la presidencia nacional de Morena. O sea, ¿lo dejan solo o lo acompañan hasta el final y más allá?
Si lo dejan solo, Muñoz Ledo no tendrá más que replegarse y aislarse; incluso, dimitir a las filas de Morena y convertirse en diputado independiente. Total, ya no tiene nada qué perder; él ya trascendió a la historia como un demócrata.
Pero solo o acompañado, Porfirio puede negociar parte de las carteras del Comité Nacional de Morena, candidaturas tanto federales como locales para su grupo rumbo a las elecciones concurrentes 2021.
Y si Muñoz Ledo no entra en tal negociación, tal vez sí el grupo que lo impulsó. Se habla de Bertha Luján, de Martí Batres. No sería creíble que ahora se queden cruzados de brazos, viendo cómo internamente se reparten carteras, coordinaciones y candidaturas, sin que les toque nada.
A menos de que sus planes sea de renuncia a Morena para alistarse en las filas de algún otro partido político: El PRD o uno de los nuevos. Sería algo suicida; el jefe político del morenismo es implacable con quienes desobedecen.
Es mejor dar la lucha interna.
En fin, como sea la unidad interna en Morena por ahora es una quimera.
SIGUE LA ENCUESTITIS
Parece que en Morena han cambiado la democracia directa por la encuesta, Mario Delgado Carrillo propone éste método para nombrar a coordinadores estatales y distritales del partido.
¿Designaciones simuladas con el matiz de transparencia?
Si fuera el caso, ahondaría las diferencias entre morenistas frente a cualquier inequidad en la distribución de la representación en la estructura del partido rumbo a las elecciones concurrentes de 2021, considerando además que coordinadores pueden ser los palomeados para candidaturas a cargos de elección popular.
Una siembra de candidatos, como solía hacerlo el PRI con los delegados de gobierno y de partido. ¿Recuerdan?
Bueno, las precampañas están tan cerca que quizá ya ni tiempo dé a Morena de sembrar candidaturas. La cúpula morenista seguramente ya tiene visualizadas las postulaciones.
Además, si hace otra vez su coalición “Juntos Haremos Historia” Morena ubicará candidatos y candidatas en las posiciones “concedidas” en el convenio respectivo a sus aliados, tal como ocurrió en 2018; nada más que para las próximas elecciones no se podrá coaligar con el PES porque los partidos de nueva creación lo tienen prohibido.
Pero se coaligará con el PT y seguramente con el PVEM.
En fin, el caso es que si Mario Delgado y su grupo se queda con todo (carteras del Comité Nacional y candidaturas), en Morena difícilmente habrá unidad; a menos que los porfiristas y demás excluidos se disciplinen sin chistar.
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Correo: rosyrama@hotmail.com
Rosy RAMALES
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