Rosy RAMALES
La bancada de Morena en la Cámara de Diputados Federal ha puesto en el debate nacional la probabilidad de desaparecer los Organismos Públicos Locales (OPL), los cuales “organizan” las elecciones de las entidades federativas.
Y que fueron creados en la reforma del 2014 como una figura jurídica para erradicar la injerencia de los gobernadores, diputados locales y poderes fácticos sobre los institutos electorales, controlados mediante la designación de los consejeros electorales.
¿Se ha cumplido el objetivo? No.
Aun cuando ahora los designa el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), los mandatarios y legisladores locales; partidos y grupos políticos, organizaciones sociales, curas, etc., se siguen dando sus mañanas para influir en el nombramiento de consejeros.
¿Cómo han conseguido “convencer” a consejeros y consejeras de dicho Consejo para que así suceda? Claro, éstos negarán cualquier influencia con eso de que se creen inmaculados y la democracia personificada, pero los hechos hablan por sí mismos.
Ahí están los casos Chiapas y Puebla como los más emblemáticos, donde los OPL abonaron al gran desprestigio de los organismos en comento.
En la primera entidad ocurrió la más evidente violación a los derechos político electorales de las mujeres auspiciada por los partidos y solapada por la autoridad electoral local; además se manipuló el padrón electoral para beneficiar a un candidato independiente.
Mientras que la autoridad poblana nada pudo hacer por la transparencia y credibilidad de las elecciones de la gubernatura; al final cómputos y resultados se decidieron en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Tales entidades no son las únicas donde los OPL han brillado por sus acciones sesgadas. Oaxaca es otro caso. Sin embargo, goza de manto protector.
Así que es hora de ir pensando en desaparecer los OPL, pues además salen caros; el pueblo paga doble costo por sostenerlos: Uno político y otro económico.
Cada consejero electoral gana entre 70 y 100 mil pesos mensuales netos, aparte de los bonos, viáticos, boletos de avión para giras al interior del estado o viajes a otras entidades para participar en talleres y conferencias, que muchas veces solo es turismo.
Entonces, multipliquen 6 consejeros electorales por 32 entidades federativas y los gastos. ¡Resulta un dineral! Y súmenle todavía el ingreso de cada consejero presidente de OPL, el cual gana entre 100 y 150 mil pesos mensuales netos, más los bonos, viáticos, etc.
Ahora, saquen el costo del mantenimiento operativo de cada OPL: Directores Ejecutivos, coordinadores, jefes de unidades, renta de inmuebles y de autos, pago de asesores, gastos de representantes de partidos políticos, y más.
Añádanle el costo de los consejos distritales y municipales de los institutos electorales.
¿Se dan cuenta? Y como dice la canción ¿y todo para qué? Si los institutos electorales siguen sumidos en la falta de credibilidad. La mayoría de sus resoluciones terminan revisadas por el INE o por los tribunales electorales.
QUE LAS ELECCIONES LOCALES LAS ORGANICE EL INE
Vendrá el debate sobre el federalismo y la soberanía de los estados; ¿se violentarían si el INE organiza las elecciones locales? Es tiempo de razonarlo para privilegiar razones en beneficio de la democracia y de la economía del pueblo.
Oigan, pululan las comunidades donde la gente muere de hambre mientras tenemos autoridades electorales obesas y partidos políticos parásitos. ¿Es justo?
Los OPL se han convertido en entes donde gobernadores, grupos y partidos políticos, poderes fácticos y hasta consejeros del propio INE colocan cuotas.
Por ejemplo, hubo un caso muy evidente cuando fueron renovados en la mitad los OPL de Baja California Sur, Campeche, Ciudad de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán, Zacatecas y Oaxaca.
Para la última entidad bajaron del proyecto de acuerdo a Itandehui Ruiz Merlín para favorecer a otra persona.
En la sesión de la Comisión ex profeso del INE, el consejero Jaime Rivera Velázquez propuso cambiar a Itandehui por Jorge Arturo Vázquez Trinidad dada su experiencia operativa.
Según el consejero Rivera como había dos propuestas de consejeras electorales que han trabajado en tribunales electorales, pues era necesario cambiar a una de ellas.
Mientras que la consejera Adriana Favela planteó tomar en cuenta a Wilfrido Lulio Almaraz Santibáñez en vez de Arturo Vázquez, porque el primero tenía perfil, experiencia y había resultado bien evaluado.
El consejero Rivera declinó su propuesta, a favor a la hecha por Favela.
¿Se dan cuenta del tipo de argumentos para subir y bajar propuestas para consejeros electorales de OPL?
Una razón más para eliminar esta figura jurídica, terminar con simulaciones, y que el INE se encargue de organizar las elecciones locales: Gobernador, diputados y concejales a los ayuntamientos. ¿Cómo? A través de sus Consejos Locales y Distritales.
Claro, sería necesario establecer, en una próxima reforma electoral, filtros y candados muy rigurosos para garantizar que los consejeros del Consejo General del INE, así como sus órganos desconcentrados, pasen por exámenes y selecciones aleatorias.
Incluso, la ley ya prevé una selección aleatoria a cargo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyo pleno insaculará a los aspirantes a consejeros de dicho Consejo cuando no haya acuerdo en la Cámara de Diputados. Suprimiendo esta condición, la norma sería casi perfecta.
Que la selección aleatoria sea única y general.
Del 2014 a la fecha, el INE ha organizado elecciones locales con resultados positivos. Entonces puede seguir haciéndolo en forma total y única.
Además, el hecho de que el INE tenga facultades para intervenir en procedimientos de elecciones locales como, por ejemplo, lo relativo a las casillas electorales, bueno pues habla de que los OPL resultan un gasto innecesario e inútil.
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