La esperanza de familiares de desaparecidos no tiene freno, ni siquiera en una de las zonas más peligrosas de Ecatepec de Morelos.
Este jueves, familias que integran la Red Eslabones por los Derechos Humanos, iniciaron labores de rastreo en las faldas del cerro de Chiconautla, entre terrenos baldíos que se convirtieron en basureros clandestinos de la región.
En un operativo realizado en conjunto con la Comisión Nacional de Búsqueda y la del Estado de México, los familiares escarbaron en cualquier rastro de basura, pastizal y piedras para encontrar alguna pista que se vincule con sus desaparecidos.
Entre palas y picos, los colectivos y las autoridades comenzaron poco a poco los trabajos conocidos como rastrillo, en los que se desplegaron por la amplitud del cerro; en esta zona las cámaras de seguridad no existen y cualquier persona puede entrar.
“Es inusual que las personas que tiren basura todavía se queden a quemarla, verdaderamente cuando hay fuego es porque hay la intención de borrar algún tipo de huella o rastro”, dijo Valentina Peralta, coordinadora de la Red Eslabones.
La zona de rastreo generó interés entre colectivos de desaparecidos en el Valle de México, como la familia de Marcos Arenas Barrera, de quien no se tiene pista desde 2010, tras ser secuestrado en la capital del país.
Este punto es una referencia clave en la averiguación de desaparecidos, pues se han localizado restos de personas durante los últimos cinco años, por ello cualquier objeto o prenda es vital para las investigaciones.
Escoltadas por la Guardia Nacional y Policía Estatal, las personas buscadoras abrían costales entre el fango que es ocasionado por las obras de perforación para abrir el paso de aviones del Aeropuerto de Santa Lucía.
dza
VÍA | EL HERLADO DE MÉXICO
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