Coahuila e Hidalgo ¿termómetro?

 

Joel Hernández Santiago 

 

Estaban exultantes. No cabía de gozo. Fue un triunfo electoral que quizá no suponían de este tamaño: “¡Ganamos!”. “¡Aquí estamos!”: Fue el grito triunfal de los priistas que obtuvieron una victoria mayor en las elecciones del domingo 18 de octubre en los estados de Coahuila e Hidalgo. 

 

El resto del país tampoco daba crédito a estos resultados aun cuando fueran iniciales pero que para ese momento, la noche del mismo domingo, eran contundentes. 

 

Inmediato, Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente nacional de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), declaró que la dirigencia nacional de este partido no reconocía los resultados preliminares de Coahuila e Hidalgo y que revisarían las actas en su poder y la información que llega de los institutos electorales. Pero prácticamente ya nada, o casi nada, podían hacer.

 

Aunque en el caso de Hidalgo podrían irse a tribunales algunos de los resultados, como es el caso de Pachuca, la capital, en donde el margen de diferencia es mínimo, así como en otros casos y esto se verá ya para estos días, mientras tanto sí, la mayoría quedó en manos del PRI.

 

En Coahuila, con el 100% de las actas computadas, el PRI —el partido en el poder— se llevó los 16 distritos electorales en disputa, de acuerdo con el Programa de Resultados Preliminares (PREP). En cuanto al número de votos el PRI concentra el 49.12% Morena el 19.69% y el PAN 10.17%.

 

Mientras que en Hidalgo, el 100% de la actas computadas revelan que el PRI ganó 32 de los 84 ayuntamientos, el PRD 7, Morena 6; la coalición PAN-PRD 6, la alianza PT, Verde, Morena y Nueva Alianza 5, PAN 5, PES 5, Nueva Alianza 5, PT 4, PVEM 3 y un independiente se lleva 1.

 

Con todo, según el PREP de Coahuila, la participación ciudadana fue del 39.38%; por su parte, el Instituto Electoral del Estado de Hidalgo reportó que hubo una participación del 48.96%. Estos porcentajes en base al padrón electoral de casa caso. 

 

Esto es: la abstención fue muy alta en ambos casos, y esto se puede deber a que muchos votantes decidieron no acudir a las urnas por temor a un contagio por la pandemia; muchos otros no lo hicieron porque están hartos de la manipulación política de hoy desde la federación y de la manera como están ocurriendo las cosas en el país…Y porque no tenían opciones partidarias. 

 

Muchos hartos por la mala gestión de la pandemia, por lo errático de las decisiones políticas, por la apropiación de poderes e instituciones… Y porque simple y sencillamente han perdido la confianza en esa promesa de cambio nacional y en el término de la corrupción. Nada a la vista. Más fracasos que victorias políticas. ¿Cómo mostrar esta indignación?

 

Lo ocurrido este domingo no significa que el PRI las tenga todas consigo en estas entidades. Sí sumó ese descontento social pero visto con cuidado es un triunfo pírrico porque no pudo evitar esa abstención y hacer que la gente les brindara su apoyo mayoritario y sin reparos. 

En Morena había confianza… o quizá debiéramos decir exceso de confianza en ganar estas elecciones. Estaban seguros que el impacto de las políticas del gobierno federal, de la imagen del presidente López Obrador como cabeza de este partido; de sus mayorías parlamentarias y de su poder-poderoso y extenso darían como resultado su triunfo…

 

Y por lo mismo siguieron en sus pleitos internos. Siguieron luchando por conseguir el liderazgo de este partido los mismos de siempre,  las tribus; los que se sienten con el apoyo de la presidencia del país como Mario Delgado (y de Marcelo Ebrard); o Porfirio Muñoz Ledo con el apoyo de grupos ortodoxos internos y en base a su experiencia y su retórica… 

 

Estos resultados harán que se prenden los focos de cada uno de los partidos políticos contendientes en las elecciones de 2021, que son las más importantes a mitad de este sexenio, por volumen e intensidad. 

 

Ya quedó claro que sin la figura de López Obrador en procesos electorales Morena solo no puede con el paquete. Y por lo mismo insistirán en que el presidente aparezca en las boletas electorales, aun cuando fuera para la famosa “revocación de mandato”; pero él sabe que estar en la boleta inducirá el voto a favor de Morena… 

 

Los otros partidos ya probaron que pueden ganar elecciones en base al descontento social. Y en esto, lamentablemente, la abstención corre a su favor, porque muchos morenistas o Amloistas decepcionados preferirán no acudir a las urnas a falta de opciones. Difícilmente habrá votantes ‘no pro AMLO’ que quieran votar por Morena… 

 

Pero el problema está en que los partidos de oposición no se entienden como tales; no trabajan en política como organismos alternos que busquen un nuevo proyecto de país, de nación, de estado o municipios; no plantean renovadas formas de hacer política o cambios que solucionen. 

 

Si se han convertido en institutos contestatarios y en institutos de búsqueda de poder por el poder mismo… o de recursos, para los que el ciudadano es lo de menos, y ahí radica su fracaso… 

 

Ya se está configurando lo que serán las elecciones de 2021 y Coahuila e Hidalgo dan mucha tela de dónde cortar para los trabajos que tienen adelante cada uno de los partidos… Ojalá sin la intromisión de la Presidencia  o sus operarios. 

 

joelhsantiago@gmail.com

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