Los centros cristianos en Oaxaca se han convertido en un infierno para quienes buscan rehabilitarse después de tocar fondo en el consumo de drogas y alcohol o para las familias que lo ven como último recurso para recuperar a sus familiares.
Esto quedó demostrado en San Antonio de la Cal, un municipio ubicado a cinco minutos de la capital de Oaxaca, donde se encuentra el ministerio Moisés Libertador de Israel y Restauración de Jesús que ha fungido durante años como un centro que garantiza la rehabilitación de alcohólicos y drogadictos.
Sin embargo, el pasado lunes, tras la denuncia de un probable secuestro, elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones, dependiente de la Fiscalía General del Estado, catearon el lugar y encontraron a 110 personas que estaban en condiciones infrahumanas.
Maltratados, hacinados en espacios reducidos, 14 mujeres y 96 hombres vivían víctimas de seis personas quienes les cobraban con despensas o de 300 a dos mil 500 pesos mensuales a sus familiares por la estancia.
Se encontró en la zona a menores de tres años de edad y adultos de cerca de 70 años, quienes contaban con rastros físicos de maltrato. En sus declaraciones ante la Fiscalía acusaron que el pastor de la iglesia cristiana no les permitía salir.
Los alimentos se los daban en mínimas cantidades, mientras que había días en que les suministraban comida descompuesta; no les permitían el aseo diario tampoco podían tener un lugar digno donde hacer sus necesidades.
Los familiares argumentaron que no les permitían ver a sus parientes, cuando alguien podía acceder era bajo vigilancia y cuando querían llevarse a las personas no se los permitían y eran amenazados para no denunciar.
Por lo pronto, la Fiscalía de Oaxaca recaba las declaraciones.
Via | El Sol de México
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