Campañas: Miradas externas.

Joel Hernández Santiago

 

El presidente de Argentina, Javier Milei dio respuesta a los mensajes agrios que le envió el presidente de México, cuando lo acusó de “facha” y de ser un “fascista” y tal, apenas en campaña electoral en el país del sur. 

 

Luego han seguido mensajes asimismo rudos de parte del mexicano… El mismo que ha dicho que “no al intervencionismo internacional”… y aquello de que “el respeto al derecho ajeno es la paz”. 

 

Por supuesto nadie –o casi nadie-  intentará defender al señor Milei quien ocupa una presidencia en el país del sur en condiciones muy forzadas y hacia la ultraderecha. Y podrá no gustarnos. Pero también es cierto que fue una elección democrática y así lo decidió la mayoría de los argentinos. 

 

Exactamente igual que en México, en 2018 cuando poco más de treinta millones de mexicanos votaron por “Juntos haremos historia” porque estaban hartos de los abusos, la corrupción y el mal gobierno de Enrique Peña Nieto, ahora súper protegido por el actual régimen. Y votaron por la ilusión del cambio, para mejor… ¿Fue para mejor? Casi seis años después sabemos qué pasó aquí. 

 

Pero el tema es que el señor Milei respondió en una entrevista con Andrés Oppenheimer, para CNN en español. Ahí dijo que “no tiene por qué sentirse esperanzado’ en que Claudia Sheinbaum, se desmarque de las políticas del actual presidente López Obrador, en caso de ganar las elecciones presidenciales de junio.

 

“Yo no tengo qué tener ninguna esperanza de nada. Es un problema de los mexicanos si eligen a los socialistas”. Y agregó: “Me compadezco de aquel que tenga que padecer un régimen socialista”… (Error del señor Milei: En sentido estricto, el gobierno de la 4-T está muy lejos de ser socialista.)

 

Lo central en este caso es cómo hay una cierta forma de intervención extranjera en el tema electoral de México. Cuando Milei acusa que es responsabilidad de los mexicanos votar por Sheinbaum, es una forma de tomar posición e inducir a una acción electoral: no votar por Morena.

 

Otro caso asimismo ajeno al tema interno electoral de México es el de Donald Trump, quien en su lucha por conseguir la reelección a la presidencia de Estados Unidos por el partido Republicano –derecha-, no ha dejado de hacer alusión al tema mexicano… 

 

Y al hacerlo refiere cómo “dobló” al gobierno de México cuando quiso levantar el muro metálico en la frontera y contener así a los miles de migrantes que ya llegaban a EUA. Lo repite y lo repite y lo repite ante sus electores como una hazaña de su gobernó. 

 

Pero ahora ya cercanas las elecciones en México, a unas cuantas semanas, lanza dardos envenenados en contra del gobierno de López Obrador y la 4-T, en lo que se refiere al tema migrante y cómo esto habrá de influir en el proceso electoral mexicano. 

 

El antecedente: En entrevista con el programa 60 Minutes, de CBS News, el presidente de México se declaró dispuesto a controlar el flujo de migrantes que recorren México con el fin de llegar a EUA, pero insistió en que el gobierno estadounidense debe atender las causas de fondo de la migración.

 

En esa entrevista AMLO dijo también que “Trump, aun si regresa a la Casa Blanca, no construiría el muro porque “sabe que no funciona” y porque “nos entendemos muy bien”. También insistió en que Estados Unidos debe levantar las sanciones a Cuba y Venezuela, y mandar a los países de América Latina y el Caribe ayuda por 20 mil millones de dólares al año…”

 

La respuesta: En entrevista para el programa Fox & Friends, conducido por Brian Kilmeade, Donald Trump criticó lo que llamó “falta de respeto” que los líderes extranjeros muestran con la administración del demócrata Joe Biden, su posible rival en las elecciones presidenciales de EUA.

Kilmeade preguntó a Trump si era correcto que “el Presidente mexicano dicte la política estadounidense”. Trump respondió que López Obrador ha ido mucho más allá. “Quiere 10 mil millones de dólares esencialmente sólo para hablar… Eso no pasaría conmigo, con el muro”; “Hoy no daría ni 10 centavos a México para atender las causas de la migración” afirmó. 

Esta reacción de Trump a lo dicho por López Obrador es contundente y agraviante. Lo es porque AMLO se ha mostrado proclive al republicano desde el inicio de su gobierno; AMLO hizo a un lado los agravios enviados por el estadounidense en contra de los mexicanos y mantuvo una relación consecuente con el derechista Trump. Esto, porque quería una relación con EUA sin problemas para su gobierno en México. 

Hoy es diferente y el presidente mexicano acusará que las declaraciones de Trump tienen que ver con las elecciones en EUA, pero también es cierto que todo esto impacta en el proceso electoral mexicano en el ánimo de los electores y es, por tanto, una forma de influir e intervenir en las elecciones mexicanas: Trump lo sabe y es una forma de presión a México; AMLO lo sabe también. 

Hace apenas unos días, la Unión Europea se mostró preocupada por el estado de violencia en el que se llevan a cabo las elecciones en México. Y lo expresó de forma explícita a los medios internacionales. 

El tema es: Por distintas razones, mandatarios ajenos al tema electoral mexicano han mostrado su posición al respecto. En todos los casos acusan deficiencias y peligro en este proceso mexicano. 

Ojalá los presagios de incremento de la violencia no se cumplan. Muchos en el mundo están atentos a lo que –ojalá no- podría ser la tragedia electoral mexicana-2024. El INE y los Tribunales Electorales deberán estar atentos y operativos, y los mexicanos alerta.  

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