ESTADOS UNIDOS.
Desde el aire, la destrucción que dejó el huracán Laura se ve particularmente cruda.
Fotografías de The Associated Press muestran vecindarios enteros rodeados de aguas color verde y marrón. Un edificio con fachada de cristal perdió la mayor parte de sus ventanas. Un hangar quedó hecho añicos.
Después de días de estar acumulando fuerza en el Golfo de México, Laura se convirtió en uno de los huracanes más potentes que hayan impactado a Estados Unidos, un monstruo de categoría 4 con vientos de 240 km/h (150 mph) que superó en fuerza incluso a Katrina, el cual generó gran devastación en Luisiana hace casi exactamente 15 años.
Laura arremetió contra la costa del Golfo de México con fuertes vientos y lluvias, desató un temible muro de agua salada y cobró la vida de por lo menos cuatro personas. El meteoro desprendió tejados y dejó a vecindarios enteros en ruinas.
La mayoría de las viviendas que permanecieron de pie perdieron tejas y ventanas, y sus jardines estaban llenos de escombros.
El huracán mantuvo su fuerza durante horas después de tocar tierra y dejó un sendero de destrucción de cientos de kilómetros tierra adentro.
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