Joel Hernández Santiago
Se había resistido a viajar al extranjero. Nada que ver con el exterior. No importaba lo relevante de los encuentros entre mandatarios del mundo, ni la reunión “De los 20”, ni Davos en donde se analizarían temas de tipo económico importantes para México; ni Sudamérica… Nada.
El argumento del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido que es presidente de México y que aquí tiene mucho que hacer. Que su trabajo está aquí. Por tanto, la responsabilidad presidencial se ha derivado al canciller Marcelo Ebrard o funcionarios relativos a los temas tratados…
Pero algo inesperado ocurrió el 23 de junio cuando el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump adelantó que López Obrador visitará pronto la Casa Blanca.
Fue en una mesa redonda en la que se analizaba el tema de la seguridad fronteriza en Yuma, Arizona, en donde supervisó ese día los avances del muro fronterizo. Ahí agradeció al gobierno de López Obrador por su colaboración en la materia, calificándolo como “un buen tipo” y que “el presidente mexicano, visitará ‘pronto’ los Estados Unidos.”
Lo dicho ese martes 23 de junio por Trump causó un verdadero estallido de sorpresa e incredulidad en México. ¿Por qué lo anunció el presidente de Estados Unidos? ¿Por qué el gobierno de México no había dicho nada? ¿Por qué el presidente que no ha querido salir del país decide ir a EUA en plena pandemia y cuando en el país están las cosas que arden en seguridad, en economía, en confrontaciones políticas y tanto más…?
Pero sobre todo por qué en Estados Unidos ocurren las campañas electorales, lo que significaría hacerle “el caldo gordo” a la campaña republicana de Trump para su reelección. Esto mismo ha puesto en alerta a los demócratas estadounidenses y de hecho repudian el viaje de AMLO a EUA en este momento, toda vez que Trump –dicen- busca el voto latino que le hace mucha falta…
Una vez hecho el anuncio por Trump, el presidente mexicano no tuvo nada más que decir que sí, que viajará pronto -sin precisar fecha- a EUA para reunirse con Donald J. Trump en la Casa Blanca, en Washington; y que este viaje obedece a que entra en vigor el 1 de julio el Tratado Comercial entre México-Estados Unidos y Canadá (T-MEC); así como también –dijo el presidente- para agradecerle su apoyo para la compra de ventiladores necesarios en México por la pandemia.
Y fue aún más tarde cuando el canciller Marcelo Ebrard salió a decir que sí, que el viaje se hace “a petición del gobierno mexicano”.
Las reacciones no se hicieron esperar. Para los expertos en el tema internacional en México, y aun dentro de la Secretaría de Relaciones Exteriores, enfatizan que este viaje es altamente imprudente, inoportuno, innecesario y políticamente riesgoso para el presidente mexicano.
Ex embajadores como Arturo Sarukhán y Bernardo Sepúlveda advirtieron del riesgo de este viaje. En particular Sepúlveda quien el sábado 27 de junio envió una carta al Canciller Ebrard en donde:
Le alerta de lo “altamente inconveniente” de la visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador a Estados Unidos, en julio. El extitular de la SRE (1982-1988) planteó a Ebrard una serie de preocupaciones.
En la misiva dice que “el Presidente Trump, es altamente inconveniente para el interés nacional. No existe, a mi juicio, un fundamento político que explique una visita de esta naturaleza”. Dice ahí que el contexto tampoco será el adecuado, ya que en el país vecino está en desarrollo un proceso electoral y la presencia de AMLO podría percibirse “como un apoyo a la reelección de Trump.”
“Los efectos políticos negativos que se producirán en México y en Estados Unidos, de realizarse esa visita, habrán de ser perdurables” y que esto “Se tomaría con “una profunda antipatía en el Partido Demócrata”. Y peor aún ‘si gana la elección el candidato John Biden.’
Allá y acá el viaje es impopular. Les ha caído mal a todos porque Trump ha insultado a México y a los mexicanos de forma reiterada.
No obstante las relaciones con el gobierno de Trump han sido muy consecuentes por parte del gobierno mexicano de López Obrador; ha sido –digamos- dócil a los requerimientos de aquel presidente; le ha puesto a elementos de la Guardia Nacional para contener a los migrantes centroamericanos y ha aceptado las reglas impuestas por aquel país y devolver a México a los aspirantes a asilo en EUA…
¿Por qué va AMLO en este preciso momento? Lo del T-CAM es un hecho y nada qué celebrar, a menos que quiera mandar el mensaje a inversionistas de aquellos países para garantizar la alianza y la solidaridad trinacional en materia de inversión y atraerla a México.
También necesita un signo de fortaleza el presidente mexicano, ante el mundo, al estar con el presidente súper poderoso de un país súper poderoso militar y económicamente.
Y por supuesto que en la agenda ‘discreta’ habrán de tratar temas de seguridad nacional; narcotráfico; migración; políticas de interrelación de información clasificada, apoyo para la lucha anticrimen en México y apoyos de México al gobierno de Trump en políticas hacia centro y Sudamérica… Tanto más.
Un viaje así contiene muchos elementos a la vista y muchos elementos secretos. México no gana nada con esto y tendrá un costo muy alto para el presidente de la 4-T. Un viaje ciertamente innecesario, necio, inconveniente, inoportuno y riesgoso. ¿De veras lo solicitó México? ¿De veras?
joelhsantiago@gmail.com
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