Inicia el proceso rumbo a un Sistema Electoral Nacional Integral

CRÓNICA POLÍTICA: Inicia el proceso rumbo a un Sistema Electoral Nacional Integral

 

Rosy RAMALES

Ayer, la Cámara de Diputados Federal instaló la Subcomisión Electoral y de Partidos Políticos, con lo cual prácticamente inicia el proceso rumbo a un Sistema Electoral Nacional Integral. Claro, en caso de proceder porque implica muchas aristas e intereses diversos.

La labor de tal Subcomisión, de la Comisión de Gobernación y Población, se enfocará al análisis de los temas de la participación electoral de la mujer y la violencia política de género, así como la reelección de legisladores, y el funcionamiento de los llamados Organismos Públicos Locales (OPL).

Los OPL no son otra cosa que lo institutos estatales electorales, a los cuales la reforma del 2014 les dio un nombre genérico, además de hacerlos homogéneos en su composición y su funcionamiento en base a normas generales, con excepción de las específicas locales.

Tales OPL fueron propuesta del PAN para además quitarle injerencia a los gobernadores y diputados locales en la designación de los consejeros electorales, al establecer la designación por un Instituto Nacional Electoral.

Pero con la reforma la situación empeoró, porque las y los consejeros del INE, al haber sido impulsados por fuerzas políticas, hicieron la selección por “encargo”. Así que las consejerías locales se partidizaron y politizaron. Todo fue por cuotas.

Hasta el INE tiene sus cuotas en los OPL; algunos consejeros y algunas consejeras de órganos desconcentrados del Instituto se mudaron fácilmente a los OPL con la ayuda de integrantes del Consejo General o de los vocales ejecutivos en las delegaciones.

En algunos casos hasta hicieron uso de relaciones fuera de lo estrictamente profesional. Claro, también hay quienes por su propio esfuerzo, legítimamente, obtuvieron el cargo tras aprobar los exámenes correspondientes.

Por supuesto, los otros también pasaron los exámenes, pero en la etapa discrecional tuvieron el visto bueno de las vacas sagradas del Consejo General del INE, donde los partidos también opinaron respecto de quién debía quedar y quien no, inclinando la balanza hacia los recomendados.

En las entidades federativas se sabe quien es quien. Pues como dice la vox populi: “Pueblo chico, infierno grande”. Vaya, es un secreto a voces quien dio el empujoncito a quienes ostentan una consejería, con sus honrosas excepciones.

Retomando el tema, el diputado Jorge Arturo Espadas Galván (PAN), coordinador de la recién instalada Subcomisión Electoral y de Partidos Políticos, hizo énfasis en que ésta también examinarán el funcionamiento de las estructuras administrativas, respecto de si han sido buenas o malas, costado más o menos, si su operación contribuye a perfeccionar la función electoral, y si no se duplican las labores entre el INE y los OPL”.

Mientras que la diputada federal María Chávez Pérez (Morena) sostuvo “que la alta burocracia le ha costado miles de pesos al pueblo por lo que buscará impulsar una iniciativa que establezca la eliminación de los institutos electorales locales (OPL)”

Ella lo dijo durante la presentación del libro “La institución administrativa electoral nacional. Su diseño y desarrollo (1990-2018)” de Miguel González Galván.

Nada errada, sino más bien con bastante acierto, la legisladora enunció algunas razones de una reforma constitucional para eliminar los OPL:

Se lograría eficientar los recursos federales; debilidad en los OPL manifiesta en una excesiva concentración del peso político; las elecciones locales han presentado mayores irregularidades; falta de congruencia al concepto de austeridad y combate a la corrupción; y el INE demostró que tiene la capacidad de realizar (todas) las elecciones.

Claro, el INE ha demostrado ser una autoridad confiable e imparcial, a pesar de que algunos consejeros y consejeras han caído en tentaciones, pero han sido más sus aciertos. Quizá haga falta reducir el número de consejeros.

En toda su historia, pasando por el otrora IFE, tenía seis, luego ocho y ahora once. Aunque si el INE queda como autoridad administrativa electoral única, bien valdría la pena conservar el número actual, aumentando nada más el personal técnico en los órganos desconcentrados.

Y así se ahorrarían las carretadas de miles de millones de pesos que el pueblo gasta en mantener 32 OPL con consejeros presidentes que ganan más de 100 mil pesos mensuales; con consejeros con sueldos pegándole a esa cantidad, además con tres y cinco asesores cada uno, más viáticos para sus viajes a cursos por todo el país, etc.

Eso sin contar con los bonos so pretexto de que en proceso electoral todos los días y todas las horas son hábiles. Sí, pero a veces ni siquiera se paran en las oficinas de los OPL, más bien quienes sacan el trabajo son los empleados y a éstos les regatean hasta el sueldo.  Por ejemplo, caso Oaxaca.

Claro, hay consejeros y consejeras que cumplen cabalmente con su función, pero son contados con los dedos de una mano.

Y miren, Miguel González Galván, autor del libro “La institución administrativa electoral nacional. Su diseño y desarrollo (1990-2018)”, considera que la propuesta de eliminar institutos electorales locales es factible, pues permitirá empalmar las elecciones federales con las locales, a fin de que se realicen en un mismo día cada tres años.

Eso según se plasma en un comunicado de la Cámara de Diputados Federal, en el cual se hace referencia a que dicho autor valora al INE como un sólido árbitro electoral autónomo y ciudadano, el cual indudablemente puede ser perfectible.

Y de concretarse la reforma se podrá dar mayor tiempo al INE para planear, valorar y evaluar los procesos electorales. Además, los partidos y candidatos independientes podrán vigilar eficazmente a una sola institución y no a 33 como hasta hora; lo cual se reflejará en la disminución de gastos de operación.

Tiene razón. Incluso, el gasto disminuiría en diversos rubros. Eso sí, el Instituto también tendría que hacer ahorros en cuanto a determinados materiales electorales como, por ejemplo, los cuadernillos para capacitar observadores y funcionarios de casilla; hasta ahora los mandan a elaborar en papel caro.

En fin, la Subcomisión Electoral y de Partidos Políticos, según se ha explicado, consultará en las cinco circunscripciones a los tribunales electorales locales y al federal, así como al INE, a los OPL, académicos y especialistas electorales con el propósito de llegar a los mayores acuerdos y consensos, porque se trata de la vida democrática del país.

Cierto, no se puede, ni se debe, excluir a ninguna institución, ni a ningún actor. Aunque los órganos locales seguramente defenderán la permanencia de los OPL, los cuales (con sus excepciones) han demostrado su ineficacia y falta de credibilidad.

Caso contrario, el INE no estaría organizando elecciones locales ante la desconfianza en los institutos estatales electorales. ¿O no?

Es más, con la eliminación de los OPL mermaría el chapulineo de consejeros y consejeras, incluidos consejeros presidentes, de la autoridad administrativa local a los Consejos Locales del INE y viceversa.

Por supuesto, tienen derecho. Sin embargo, al privilegiar su aspiración, descuidan su función y hasta se corrompen quedando bien con los partidos políticos con el ánimo de obtener su aval para impulsarlos al siguiente cargo electoral.

Si no, analicen el actuar de consejeros y consejeras. Fíjense quiénes son y de dónde vienen.

En fin, a ver qué pasa. Solo queda preguntar: ¿Prosperará la reforma para eliminar a los OPL? Es incierto, dada la existencia de intereses de todo tipo.

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Correo: rosyrama@hotmail.com

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