El Zumbido del Moscardón
Alejandro Leyva Aguilar
Ayer celebramos en México el día Nacional del Maíz, celebración que tiene como objeto recuperar a esta gramínea como patrimonio de los mexicanos además de reconocer la producción nacional, comercio y consumo sin dejar de lado el rescate de las muchas variedades que sembramos en nuestro país.
Y es que no es para menos. Literalmente somos unos hijos del maíz porque consumimos la cuantiosa cantidad de MEDIO KILO de maíz per cápita ¡al día!, es decir el 50 por ciento de la ingesta calórica y el 40 por ciento de las proteínas, provienen del maíz en la dieta mexicana.
Hay que decirlo, si debemos reconocer que alguien se preocupó por conmemorar al maíz, esa fue la transformación de cuarta porque fue en septiembre de 2019 cuando el senado de la República con 112 votos aprobó un dictamen para declarar el 29 de septiembre de cada año, como el día nacional del maíz, toda vez que esta planta representa el pilar de la alimentación mexicana y una manifestación cultural, de origen ancestral.
Me llama la atención que ese dictamen precisa la necesidad de emprender acciones legales especiales para el fomento del maíz como una planta de valor cultural, alimenticio y económico nacional ¿en serio?… la pregunta sería: si tanto les importa la producción y el rescate del maíz ¿por qué desaparecieron PROCAMPO?
Este programa creado por el PRI de Carlos Salinas de Gortari si mal no recuerdo y continuado por los gobiernos panistas, apoyaba en mucho a los productores de maíz, sobre todo a los de temporal que siembran dos veces por año y acordaba con la ya extinta DICONSA los precios de garantía para que el maíz mexicano, tuviera un mejor destino. Gobierno y productores hacían sinergia para beneficio de los campesinos.
En México hay 64 variedades de maíz, desde los morados, los blancos, los amarillos, rojos, negros, azules; de esas 64 razas 59 se pueden considerar nativas de nuestro país y 5 más, introducidas, aunque eso sí de países latinoamericanos como Cuba, Perú o Guatemala.
Obvio que México es uno de los países que más produce el grano, pero no es un gran exportador, porque para empezar es un gran consumidor de maíz que lo prepara en millares de platillos a lo largo y ancho del territorio nacional, solamente en Oaxaca se preparan diferentes tipos de moles y alimentos como los tamales, preparados con masa de maíz.
Cómo podemos darnos cuenta, la intención de la declaración del Día Nacional del Maíz, es buena toda vez que somos unos “hijos del maíz”, pero la transformación de cuarta no debiera ocupar esta ancestral, prehispánica planta como un símbolo de identidad patriótica, también debería de apoyar su conservación, su producción y su consumo con dinero destinado a los campesinos y al fortalecimiento de la producción nacional.
No hace mucho nos dimos cuenta que el kilo de tortilla, que es el alimento base de los mexicanos, ha llegado a costos insospechados en otros tiempos, justamente porque ha habido una reducción de la producción que ha encarecido la demanda. Un kilo de tortilla hoy en día se vende hasta en 22 pesos.
Eso pasa porque la producción del grano ha tenido una reducción importante por la falta de apoyos al campo, también por el alza de los combustibles como el gas LP y el encarecimiento en general de toda la cadena productiva, así que los productos derivados del maíz como la tortilla o el famosísimo taco, han tenido incrementos que, también hay que decirlo, no han impactado en el consumo per cápita que sigue siendo muy alto.
¿Qué necesita el maíz para que siga siendo la planta ancestral ligada a la vida de los primeros habitantes de Anáhuac y Mesoamérica?, pues el modelo PRIANISTA de antaño, funcionaba, había una coalición entre gobierno y productores para que el maíz estuviera en todos los lugares de la nación al través de las tiendas de conveniencia DICONSA.
Las cadenas de suministro estaban bien establecidas. Distribuidora Conasupo estabilizaba los precios en las parcelas para evitar el monopolio y la producción para consumo humano, animal y para la industria, estaba garantizada, pero llegó el peje y, como buena antítesis del Rey Midas, borró los programas de un plumazo y se convirtió en el “rey mierdas”.
Lo único bueno que ha hecho esta transformación de cuarta, es darle un día del calendario para festejar al Maíz.
¡Vivan los hijos del máiz!
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