La Ciudad de México, actualmente, es sede de grandes conciertos masivos, y es algo muy normal. Sin embargo, antes de 1991 no era así. Y es que el pionero en este tipo de eventos fue uno de los recintos más importantes y característicos de la Ciudad de México: El Palacio de los Deportes, que también es conocido como el Domo de cobre.
El Palacio de los Deportes fue construido principalmente parapara los Juegos Olímpicos que se celebraron en México, en 1968. En este lugar se llevaron a cabo las competencias de Basquetbol. Con el tiempo, se convirtió en uno de los símbolos de la Ciudad de México más representativos ante el mundo, así como uno de los recintos de la industria musical más importantes.
El torneo de Basquetbol varonil, pues en ese tiempo aún no había categoría femenil, de esos Juegos Olímpicos, se llevó a cabo del 13 al 23 de octubre, y México ganó cinco de los siete partidos que disputó, sin embargo, quienes se llevaron las medallas fueron la Unión Soviética, quien ganó la de bronce; Yugoslavia, que ganó la plata y para Estados Unidos, que se llevaron el oro.
La construcción del Domo de cobre comenzó en 1966, y se terminó en septiembre de 1968, solo unos días antes de que comenzaran las competencias de los Juegos Olímpicos.
El nombre original del lugar era Palacio de los Deportes Juan Escutia, esto en sintonía con otros recinto que se construyeron, también, con motivo de los Juegos Olímpicos, como la Alberca Olímpica o el Velódromo, que hacían referencia a uno de los Niños Héroes.
El Palacio de los Deportes fue desarrollado con un toque moderno y hasta un poco futurista, para ese tiempo. Esto, porque en esos años se pensó que el diseño, el arte y la arquitectura también debían ser parte de los Juegos Olímpicos. Esto puede verse en su forma de cúpula geodésica, el cual está inspirado en un foro similar localizado en Roma, que es una técnica de construcción que permite crear amplios espacios techados sin columnas, utilizando elementos triangulares, los cuales, al ensamblarse, forman polígonos que permiten darle la forma curva.
Debido a esto, el techo del Palacio de los Deportes no se construyó con concreto, sino una mezcla de madera resistente al agua cubierta de cobre, lo que hizo que la obra fuera más económica, y que le da su color característico, además de su apodo “Domo de cobre”.
La construcción abarca más de 27,000 metros cuadrados, y es obra del arquitecto Félix Candela, quien también es autor de otros importantes lugares en la Ciudad de México, como el mercado de Coyoacán o la estación del metro San Lázaro. El arquitecto, para crear el recinto para los Juegos Olímpicos del 68, se asoció con Antonio Peyrí y Enrique Castañeda Tamborell.
Vía | infobae
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