El artista plástico Francisco Toledo es uno de esos creadores cuya obra persistirá en el tiempo y que se considera patrimonio cultural de los oaxaqueños. Este 16 de julio se cumplen 81 años de su natalicio; en aquel lejano 1940 en Juchitán se le dio el nombre de Benjamín Francisco López Toledo.
Desde la infancia supo las dificultades que representan vivir como parte de una etnia, la zapoteca, y lo que significaba el exilio, pues su padre llevó a su familia a vivir a Chiapas debido a problemas que enfrentó con el gobierno como líder de trabajadores en el Istmo de Tehuantepec.
Sin embargo, con la vena artística que ya traía, desde los 10 años empezó a dibujar y esa perspectiva de la vida le brindó la oportunidad de pulir su talento.
Largas fueron las jornadas de trabajo arduo y su peregrinar formativo incluyó la escuela de Bellas Artes de la UABJO, la Escuela de Diseño y Artesanía en la Ciudad de México, así como un viaje a Europa y es en París donde conoce a Rufino Tamayo y Octavio Paz.
Sin embargo, a su regreso a México fortalece los lazos con su cultura original y combina viajes frecuentes a la ciudad de Oaxaca y Juchitán con estancias en Nueva York.
Vía | Quadratin
Sé el primero en comentar