Antes del funeral de estado del viernes del fallecido expresidente, los exmandatarios Barack Obama, Bill Clinton y Jimmy Carter, y sus esposas conversaron tranquilamente desde sus lugares en la fila principal en la Catedral Nacional de Washington. Los expresidentes se reclinaban sobre sus esposas para conversar con el otro. Bill Clinton y la exprimera dama, Michelle Obama, conversaron tranquilamente.
Sin embargo, la llegada de Trump, poco antes de que lo hiciera la caravana que transportaba el féretro de Bush, enfrió la conversación. La primera dama Melania Trump se acercó primero y saludó de mano a los Obama y al exmandatario Clinton. Trump después estrechó la mano de los Obama y ocupó su lugar. Hillary Clinton mantuvo la mirada de frente a la llegada de los Trump y al parecer los Carter ni siquiera advirtieron la llegada del presidente.
Después de ese momento, prácticamente llegó a su fin la conversación informal en esa fila.
George W. Bush llegó después quien, en contraste, estrechó la mano a toda la fila de dignatarios y al parecer compartió un momento de humor con Michelle Obama, a quien le puso algo en la mano. Bush ocupó su lugar al otro lado del pasillo de los expresidentes con el resto de la familia Bush.
El saludo de mano entre Trump y Obama marcó la primera interacción directa entre el actual mandatario y su predecesor inmediato desde el día en el que el primero asumió la presidencia en 2017. Trump no conversaba con los demócratas Clinton y Obama desde aquel día.
Quienes han ocupado la Oficina Oval comparten una experiencia inigualable que típicamente da pie a una camaradería especial entre ellos que a menudo trasciende las polémicas campañas y las líneas partidistas. El finado Bush se convirtió en la encarnación moderna de un presidente social porque reunió a personalidades en conflicto.
Sin embargo, el grupo de integrantes serios fue perturbado desde la elección de Trump. Y, desde que asumió el cargo, Trump ha evitado lo más posible el contacto con sus predecesores y, en respuesta, ellos también lo han desdeñado.
EL SIGLO
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