Joel Hernández Santiago.
Al final cedieron los 75 diputados ‘rebeldes’ de Morena y algunos del Partido del Trabajo, y va la lista de cuatro quintetas que el Comité Técnico de Evaluación mandó a San Lázaro con los nombres de aspirantes a consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE). Serán cuatro de estos veinte.
Todo esto se volvió un merequetengue porque el señor John Ackerman, cualquiera que sea su origen y posición hoy, dijo que el procedimiento fue antidemocrático y que predominó en todo esto un gran desaseo y que no está de acuerdo y que los legisladores deberían echar atrás las quintetas y que defender que las echen atrás es democrático…
Así que el señor Ackerman encabezó a los legisladores morenistas-petistas que, se supone, debieran defender el interés de sus representados y no el interés de un señor y del régimen que pretende instituciones a modo, como ya ocurrió con la Comisión de los Derechos Humanos, como ocurrió cuando modificaron la ley para que se impusiera en el Fondo de Cultura Económica al señor Francisco Ignacio Taibo II; o como ocurrió con la Comisión Reguladora de Energía y como ocurrió… tanto más.
Así que en este caso, la democracia es buena siempre y cuando beneficie al partido mayoritario, de lo contrario y aunque se pruebe que el procedimiento –dada la característica de los integrantes del Comité Técnico de Evaluación- fue transparente, nada vale si con esto se pierde la oportunidad de hacerse del Instituto Nacional Electoral.
Se evitó ahí –según dice la mayoría de los Comisionados—que se infiltraran personas que no cumplían los requisitos de conocimiento, experiencia y calidad y/o que tenían conflicto de interés, como ocurría con la recomendada del señor Ackerman, Diana Talavera, —quien se dijo entonces–, trabaja con su cuñado y es muy cercana a su esposa Irma Eréndira Sandoval.
El mismo día de la entrega de las listas, el 16 de julio, el mismo señor Ackerman hizo gran sainete e, incluso, no se presentó a terminar el trabajo para el que aceptó ser asignado en ese Comité.
Luego acusó al resto de los Comisionados de “clasistas-elitistas” y, ese mismo día amenazó que ‘buscaría descalificar el proceso en el evento de entrega de las quintetas a la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados.’ Y como quiso que fuera, pero le falló.
Setenta y cinco diputados de Morena y el Partido del Trabajo, enviaron una enfática petición al dirigente Mario Delgado para que se reviertan las listas y se rehaga el procedimiento de elección, toda vez que, argumentaron:
“Tales listas no incluyen a los perfiles adecuados para el puesto, y por el contrario, fueron escogidas personas identificadas con “grupos hostiles a la Cuarta Transformación”.
“Difícilmente existen dos o tres perfiles medianamente favorables a las exigencias de transformación del organismo electoral. Además, es evidente a todas luces que el Comité incurrió en una obvia violación del acuerdo de la Junta de Coordinación que lo habilitó a intervenir, dado que adoptó sus resultados sin consenso y desprovistos de toda fundamentación y motivación que los razonara o justificase”, dijeron los morenistas y petistas.
Si. Todos en México –o casi todos, como se ve—queremos un cuerpo de Consejeros en el Instituto Nacional Electoral que se caracterice por la transparencia de sus intervenciones y decisiones, por su sentido democrático, por la pluralidad, por la independencia de criterio y por la búsqueda de la consolidación democrática en nuestro país.
Queremos un INE que disminuya sus costos de operación, que elimine las enormes cargas burocráticas que tiene, que sus presupuestos estén a la altura de las circunstancias y no de sus particulares sueños de grandeza: si, todo esto sí…
Pero sobre todo urge que quienes encabezan los procedimientos para decidir en materia democrática, lo hagan en ese sentido exacto: democrático y no a modo, ni a capricho de un señor Ackerman que, ahora resulta, tiene algún poder e influye en el hecho legislativo, como quedó al impulsar la posición de los 75, y al confrontarse con el diputado Porfirio Muñoz Ledo, quien acusó de ‘golpistas’ a los diputados que quieren descalificar las listas del Comité Técnico de Evaluación.
Se necesitan cuatro Consejeros. Y también se necesita seriedad en todo esto. Y urge que la sociedad mexicana atienda también estos asuntos y exija –lo que es democrático- que quienes habrán de defender sus intereses electorales, lo hagan sin prejuicios ni consignas ni berrinches de interés. (Mucho ayuda el que no estorba).
Sí con el interés juarista de “Nada por encima de la ley” ¿no es así?
joelhsantiago@gmail.com
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