Maniobras en el Congreso en tiempos de pandemia

04 de Junio de 2020

En ambas cámaras se registran extraños movimientos que perfilan un Poder Legislativo sujeto a la voluntad de un solo hombre. Los movimientos ocurren en los momentos en que está en peligro el proyecto de la 4T por el desastre económico, social y sanitario que deja el covid-19.

En San Lázaro se produce un incomprensible fenómeno de “chapulineo”: cuatro diputados de Morena, partido en el gobierno, se pasaron de buenas a primeras al PT, agrupación satélite.  No vaya usted a creer que lo hicieron porque se hartaron de su coordinador Mario Delgado.

Tampoco porque se dieron cuenta de que la Cámara se ha convertido en un apéndice del Ejecutivo. Para nada.

Hay la fundada sospecha de que Mario Delgado quiere tumbar al PRI la presidencia de la Mesa Directiva y poner en el lugar que la panista Laura Rojas dejará vacante en agosto, a un diputado del PT.

Me explico: El PRI tiene actualmente 46 diputados. Es la tercera fuerza en San Lázaro. El PT es la cuarta. Con los que se sumaron llega a 40. Le faltan siete legisladores para rebasar al tricolor y desplazarlo como tercera fuerza en la Cámara. Son muchos, pero hay de dónde. Allí la reserva del PES para lo que se ofrezca, nos dicen en el tricolor.

El reglamento es claro: la presidencia de la Mesa Directiva le corresponde a la tercera fuerza. Pero siempre hay modo de adecuar el reglamento a las necesidades de la mayoría, aunque se violen acuerdos y leyes.

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En el Senado le dieron un albazo al PRD. En el último punto de la sesión de la Comisión Permanente se anunció la formal desaparición de las bancadas del PRD y el PES, por no tener un mínimo de cinco integrantes. “Es mi deber aplicar la Ley y el Reglamento”, justificó la senadora morenista Mónica Fernández, presidenta de la Comisión Permanente. “A nadie se trata de sorprender. Sólo se privilegia la legalidad”, puntualizó. Hace más de un año que ambas bancadas operan con menos de cinco senadores. Nunca hubo problema. En el PRD quedan tres (eran seis originalmente) y en el PES son cuatro.

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En el fondo del asunto están los votos en la Comisión Permanente, nos dicen. A Morena y sus rémoras les falta un voto en ese órgano legislativo para tener la mayoría calificada que requieren para, por ejemplo, convocar a un periodo extraordinario.

No hay que olvidar que el Presidente no ha podido hacerse del control de buena parte del presupuesto porque el llamado Bloque de Contención —PAN-PRI-PRD-MC— no les dio el voto adicional que requerían para convocar la extraordinaria.

Ese voto es el de Miguel Mancera, coordinador de la ahora extinta bancada del PRD. Al exjefe de gobierno lo pueden sacar de la Comisión y poner a un incondicional, o puede negociar su permanencia a cambio de ese voto. Veremos…

Mancera tiene una muy buena relación con el senador Ricardo Monreal, exdelegado en Cuauhtémoc, desde el sexenio pasado. ¿Por qué desaparecen su bancada ahora, en plena pandemia? Las razones no son estrictamente legislativas. Senadores señalan que el gobierno necesita urgentemente recursos. No puede esperar al periodo ordinario en septiembre para modificar leyes que le permitan utilizar los recursos. Por eso la presión para desaparecer los fideicomisos, o la abortada iniciativa para manejar el presupuesto. No le va a alcanzar para atender las clientelas político-electorales. El desastre económico que se perfila es mayor.

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Monreal impidió que ambas bancadas desaparecieran, con el argumento del “momento fundacional”. Es decir, la bancada de cualquier grupo se funda al arranque de la legislatura. “Si Monreal se chingó a Mancera, sin avisarle, es porque alguien por arriba se lo pidió”, nos dijo el senador experredista, hoy emecista, Juan Zepeda.

Buscamos a Mancera, pero no respondió.

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Lilly Tellez quiere contribuir desde el Senado a la “función de contrapeso” del Ejecutivo. Por eso abandonó la bancada de Morena, donde los radicales la hostigaban continuamente, y su sumó a la del PAN en la Cámara alta. “Comulgo con sus valores”, nos dice la sonorense vía WhatsApp. Agrega: “Estoy contra el estatismo y la izquierda radical que tiene secuestrado el Movimiento Regeneración Nacional”.

La senadora Téllez sabe que los radicales la van a inmolar. No les tiene miedo. “Los voy a combatir con fuerza”, advierte. “Sólo espero que no crucen la línea y me hagan daño más allá de los señalamientos”, puntualiza. Una cosa quiere dejar en claro. No va por la candidatura de Morena al gobierno de Sonora. “Alfonso Durazo es el idóneo”, afirma contundente.

EXCELSIOR

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