Rosy RAMALES
El Gobernador de Oaxaca, Alejandro Ismael Murat Hinojosa, dio reversa a su propuesta de incrementar impuestos para el ejercicio fiscal 2020.
El proyecto del Paquete Fiscal para el próximo año considera (o consideraba) impuestos como los siguientes: 4.5% en la venta final de bebidas alcohólicas, del 3% al 6% la contribución sobre la Prestación de Servicios de Hospedaje, gravámenes para el Ejercicio de las Profesiones, sobre la Extracción de Materiales de Remediación Ambiental, y para la Reconstrucción por los Sismos de septiembre del 2017.
Impuestos seguramente diseñados en un escritorio por personas avezadas en materia hacendaria, pero que desconocen la realidad de Oaxaca. Cabe recordar que los colaboradores cercanos de Alejandro son del Estado de México y de la capital del país.
Y siendo fuereño es fácil proyectar en papel la elevación de la recaudación cuando se desconoce primero que Oaxaca apenas viene saliendo de un proceso de colapso económico y financiero.
Así lo dejó el ex gobernador de izquierda Gabino Cué Monteagudo, según declaró el mismo Murat Hinojosa cuando hace tres años asumió el mandato.
Entonces, el sector productivo y el sector turístico apenas se empiezan a recuperar de las pérdidas económicas que durante muchos años tuvieron, que se agudizó desde el 2006 hasta el 2016 y que hizo crisis en los tres últimos años del gobierno gabinista.
Luego llegó Alejandro Murat Hinojosa como gobernador y Oaxaca recobró cierta paz y tranquilidad; sobre todo en cuanto a las marchas, plantones y bloqueos por parte de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; se apaciguaron. Aunque en los últimos meses los mentores han vuelto a las andadas.
La protesta social bajó de intensidad; las llamadas organizaciones “sociales” disminuyeron su ritmo de acciones de resistencia muchas veces violentas. Aunque también en los últimos meses han vuelto a desquiciar carreteras en el interior del estado y vialidades en la capital oaxaqueña.
La reactivación de la movilización social obedece en parte a que Alejandro estaba próximo a rendir du Tercer Informe de Gobierno, entonces es la época del mejor negocio de organizaciones que venden cara su inmovilidad; además por naturales cambios que se avecinan en su gabinete y por presiones al interior del PRI estatal para renovar dirigencia.
Retomando el tema: En sus tres años de gobierno, Murato Hinojosa se ganó la confianza de los sectores productivo y turístico, sobre todo de éste último, que empezó a repuntar bastante bien debido a dos factores: Por la promoción turística y por la tranquilidad recobrada en la entidad oaxaqueña.
Entonces, imagínense ahora que el Gobierno del Estado incremente el impuesto al hospedaje prácticamente al 100%, cuando los empresarios del sector todavía no terminan de pagar deudas. Incluso, de la mano del Juan Carlos Rivera Castellanos, Secretario de Turismo, han creado eventos internacionales para incrementar el flujo de visitantes.
Vaya, es un contra sentido el impuesto al hospedaje: Si se eleva éste, los empresarios del ramo se lo tienen que cargar al turista.
Como es un contra sentido aumentar el impuesto al mezcal. Los productores de esta bebida también están saliendo de la crisis económica. Además, como bien dicen, ¿que el gobierno de Oaxaca mejor cobre impuesto por cada penca de maguey que se llevan los tequileros y mezcaleros de otras entidades federativas?
Por otra parte, ahora resulta que los profesionistas se quemaron las pestañas para pagar impuestos y más impuestos. ¿Qué, en Oaxaca es mejor engrosar las estadísticas de personas sin estudios profesionales para no pagar contribuciones?
Por dónde se vea es un contra sentido la propuesta de creación y aumento de impuestos del gobernador Alejandro Murat, a quien empresarios se lo hicieron ver en una reunión con ellos y el mandatario dio reversa.
Y anunció que este lunes enviará una enmienda a su proyecto de Paquete Fiscal 2020.
¿Voluntad política del mandatario oaxaqueño? Puede ser en parte.
Pero también puede ser precaución electoral. Se avecina el proceso 2020-2021 de elecciones concurrentes para renovar la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el Congreso local y 153 ayuntamientos. Y le sigue la sucesión gubernamental.
Así que sea quien fuere el candidato del mandatario (del PRI, del PVEM o de Morena), la ciudadanía le cobraría caro el aumento de impuestos en las urnas electorales.
Además, Alejandro Murat quiere trascender y ascender a cargos de rejuego nacional: La dirigencia del PRI o una secretaría de Estado en el gabinete de Andrés Manuel López Obrador, entonces los impuestos impactan en la popularidad de los políticos.
En fin, veremos qué pasa.
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Correo: rosyrama@hotmail.com
Rosy RAMALES
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