La ofensiva de Boko Haram, parece no tener fin. Desde principio de año se han producido casi de manera cotidiana ataques y atentados tanto contra la población civil, como contra objetivos militares.
Cuándo Nigeria todavía no se reponía de los ataques del domingo 16 de junio en Konduga, una ciudad de 220 mil habitantes, a 37 kilómetros de Maiduguri la capital de norteño estado de Borno, que dejó al menos 30 muertos y una cincuentena de heridos.
En las últimas horas del lunes hombres de la facción de Boko Haram conocida como la Provincia del Estado Islámico de África Occidental (ISWAP), tomó la base militar a las afueras de Gajiram una ciudad a 80 kilómetros al norte de Maiduguri. Los muyahidines llegaron en nueves vehículos artillados reducir a la guardia y poner en fuga a la dotación de soldados saquearon el arsenal. Tras abandonar la base donde todavía no se han reportado ni muertos ni heridos, los insurgentes se dirigieron la ciudad en la que permanecieron durante cinco horas saqueando comercios y propiedades privadas, sin que todavía se conocieran otros daños, mientras sus pobladores se refugiaban en los bosques cercanos.
Gajiram y la base militar cercana ya han sido atacados en varias oportunidades por los milicianos de ISWAP, la última vez había sido en junio de 2018, hecho en que murieron nueve soldados.
Pocas horas antes del ataque Gajiram, en la noche del domingo, tres atacantes suicidas presuntamente del grupo Boko Haram, detonaron su cargas en dos locales comerciales de
En el primer ataque un militante suicida consiguió entrar en una cantina en la que los parroquianos estaban siguiendo las alternativas de un partido de futbol en una pantalla. Varios de los sobrevivientes han declarado que el dueño del local, quien finalmente murió, intentó evitar la entrada del muyahidin y al local que estaba atiborrado de espectadores y que la explosión se produjo en medio de la discusión entre el suicida y el y el patrón del lugar. El segundo ataque se produjo en un puesto de té donde dos atacantes habían logrado disimularse entre los clientes. En total se produjeron unos treinta muertos y cerca de cuarenta heridos, lo que hace suponer que la cifra de muertos pueda aumentar en el trascurso de las horas. La mayoría de los heridos debieron ser trasladados a centros sanitarios de Maiduguri, ya que Konduga, carece de los medios para atender heridas de gravedad. Según el líder del grupo de autodefensa del pueblo, la demora en las autoridades de seguridad para autorizar los traslados de las víctimas del doble atentado a la capital estadual, provocó varias muertes.
Konduga, no es el primer atentado de estas características que sufre, a manos de la organización takfiristas quienes hace más de una década están llevando una guerra contra el estado nigeriano. Se cree que este pueblo es elegido por su cercanía al bosque Sambisa, un santuario de la organización desde sus comienzos en 2002, cerca de la frontera con Camerún.
En febrero de 2018 tres atacantes suicidas que detonaron sus cargas en el mercado de pescado matando al menos a 22 personas e hiriendo a otras 28 (Ver: Nigeria: Boko Haram no se rinde). En 2014, un ataque a una mezquita murieron al menos 44 fieles (Ver: Nigeria: Las mil vidas de Boko Haram.). El último ataque suicida se registró en abril pasado en la guarnición de la ciudad de Monguno (Borno) con dos atacantes suicidas que se detonaron consiguiendo asesinar a un soldado y un guardia de seguridad. El grupo terrorista desde hace varios años ha implementado en sus ataques suicidas la utilización de mujeres y niños a los que en muchos casos hace estallar por control remoto, ya que no confían en que por su voluntad se detonen.
En la misma área el pasado martes 30 de abril la milicia wahabita asesinó a catorce hombres que recogían leña en cercanías de la aldea de Duwabayi. Los cuerpos fueron evacuados a la estación de policía en Monguno, para ser identificados por sus familiares, según un testigo tenían heridas producida por armas de fuego.
Todo el sector de Monguno, es un área de intensos enfrentamientos desde fines del año pasado, cuando militantes de Boko Haram, intensificaron significativamente los ataques en la región.
En un comunicado, de la fuerza aérea nigeriana, se conoció la operación ejecutada el domingo tras un trabajo de inteligencia en el bosque de Sambisa, donde se cree Boko Haram, tiene su cuartel general y el campo de entrenamiento más importante del país, luego de varias misiones de inteligencia y vigilancia, donde se descubrió varias estructuras camufladas, un caza Alpha Jet bombardeó el lugar donde habría muerto un número desconocido de milicianos de Boko Haram.
Konduga ha sido atacado en repetidas oportunidades por la facción del grupo terrorista comandada por Abubakar Shekau, un mesiánico líder al que se lo ha dado por muerto en varias oportunidades y responsable de la etapa más brutal y sanguinaria de Boko Haram, como más de 35 mil muertes en su haber y responsable de más de 2 millones de desplazados.
La facción de Shekau, se diferencia fundamentalmente de la dirigida Abu Musab al-Barnawi, un nuevo líder hijo del fundador de la organización Mohamed Yusuf (Ver: Nigeria: Boko Haram a la deriva), ya que Shekau es propenso a los blancos “blandos”, como mercados, mezquitas y terminales de buses, donde el éxito de la misión por lo general suicida, está prácticamente asegurado, a costo de mayoritariamente de civiles, sin grandes logros estratégicos. Mientras que el grupo de al-Barnawi, quien tomó el nombre de la Provincia del África Occidental del Estado Islámico (ISWAP), concentra sus ataques contra objetivos estrictamente militares, como bases, puestos de control y convoyes. La formación liderada por Shekau con unos mil hombres y ha reducido sus acciones a la zonas cercanas al bosque de Sambisa, mientras que la de al-Barnawi tendría cerca de unos 4 mil combatientes que operan principalmente en la zona del lago Chad próxima a Níger.
Sin fronteras para matar.
Según una oficina del Departamento de Defensa norteamericano, Boko Haram durante 2018, perpetró 444 ataques, matando a 2052 personas un 25 por ciento menos de respecto al año anterior. Aunque estas cifras todavía son muy poco alentadoras de tener en cuenta el accionar terrorista de la primera parte del año.
A principio de mayo una brigada de muyahidines perteneciente al ISWAP, tomó una base militar al noreste de Nigeria, días después de un ataque que había dejado cinco soldados muertos y otros 30 desaparecidos. La columna de milicianos llegó a bordo de camiones y motocicletas penetrando la base en la ciudad de Magumeri, a unos 50 kilómetros de Maiduguri. Después de duros combates los terroristas desarmaron a los militares y secuestraron todo el armamento trasportable de la base donde permanecieron por casi cuatro horas, hasta que refuerzos de la base militar de Gubio, a 46 kilómetros de distancia comenzaron a acercarse.
Los ataques de Boko Haram, más allá de las fronteras de Nigeria suelen ser frecuentes y tan espectaculares como los de su propio país, habiéndose extendido a Camerún, Níger y Chad.
El último ocurrió el pasado miércoles 12 en la isla camerunesa de Darak en el Lago Chad. El asalto, que dejó 24 muertos, 16 soldados y ocho civiles, otras fuentes menciona que las bajas habrían sido cerca de 37, 21 militares y 16 civiles y que unos 40 atacantes habían sido capturados. Según el ministerio de Defensa, habrían muerto 84 takfiristas y ocho fueron detenidos, de una fuerza de 300 combatientes fuertemente armados que atacaron posiciones militares, de la isla la región del extremo norte de Camerún, a unos mil kilómetros de Yaundé la capital.
Para combatir a Boko Haram se constituyó una fuerza multinacional, con sede en Ndjamena la capital de Chad, integrada por tropas de Benin, Camerún, Chad, Níger y Nigeria.
En estos últimos meses las fuerza armadas de Camerún combaten una revuelta separatista en dos regiones de habla anglófonas al oeste del país. Que ya les ha costado la vida a 1850 personas, mientras que más de 530 mil fueron obligadas a desplazarse, según Naciones Unidas (ONU).
Las importantes dotaciones de potencias occidentales particularmente de los Estados Unidos y Francia, que desde hace años de manera abierta y solapada operan en distintos países africanos, parecen estar alentar a las diferentes milicias integristas de ese territorio más que contenerlas, por lo que habría que preguntarse en verdad ¿si ese no es el plan?
*Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.
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