NOSOTROS VIVIMOS EN Oaxaca, esta es una gran ciudad llena de tradición, belleza, colorido, magia, historia, es el origen de grandes figuras de la vida nacional que han sido vitales para su consolidación, nos sentimos bien y agradecidos de que podamos ser parte de esta comunidad, donde la gran experiencia es la tranquilidad, la buena comida, su gente bonita y solidaria, por esas razones no nos extrañó que el gobernador, Alejandro Murat, al lado de los gobernadores de Tabasco, Campeche, Chiapas, Veracruz se solidarice con el presidente para hacer un frente común para atender la crisis humanitaria en Centro América que lanza las oleadas de caravanas migrantes al país con la intención de llegar a los Estados Unidos. En Oaxaca se conoce y se vive en carne propia las tragedias de los migrantes, las han sufrido por años, los oaxaqueños salen en miles a buscar fuentes de empleo que garanticen una mejor forma de vida y se concentran en la capital, en Baja California y en los Estados del Norte como jornaleros agrícolas de gran experiencia honestidad y productividad, al igual que se han arraigado en los Estados Unidos, esto les ha permitido enviar grandes cantidades de remesas para el sostén de sus familias, porque al final de cuentas, por las condiciones de vida y de tradición, los oaxaqueños tienen la fuerza de sus raíces y de su solidaridad, mostrando al mundo las ventajas del trabajo colectivo por medio de la organización del TEQUIO.
Ahora que los ojos del país se voltean al Sur, donde los pueblos pobres son mayoría entre grandes riquezas naturales y que no se han desarrollado por falta de inversiones y de generación de empleo, es importante lo que han venido estableciendo como política al invitar a los grandes capitalistas e industriales del Norte del País a establecer más empresas en el Sur de México y esto generará un punto vital para el desarrollo nacional. Sabemos que en el Istmo las inversiones serán vitales para hacer posible la conexión del paso interoceánico de Salina Cruz a Coatzacoalcos y el desarrollo de la zona istmeña con empresas y trabajo será la garantía para que logremos hacer realidad de convertirnos en un país autosuficiente en lo que consumimos y no ser más dependientes de alimentos y productos que nos convierten en un país débil y poco desarrollado. Por esa razón las acciones que impone Alejandro Murat han generado cambios en su gabinete para ajustar la acción de la entidad a los nuevos tiempos del cambio y ello facilitará la unidad que se requiere, fuera de las preferencias políticas, unidos en una sola idea: México.
Así las cosas, tal pareciera que se ha buscado debilitar la credibilidad y la confianza en el gobierno de la Capital del país donde debemos de recordar que siendo el corazón de México, todo lo que suceda en la misma tiene un impacto nacional, por ello, se ha buscado que la seguridad sea un realidad y es claro que el cambio incluye la visión de un nuevo sistema que garantice la seguridad pública tan deteriorada en los actuales momentos y, así, la Jefa de Gobierno hace cambios importantes, nombrando a Omar García Harfuch, un hombre que ha sido vital en la lucha contra el crimen organizado en el país y con una experiencia y lealtad comprobadas de origen familiar, vuelca las condiciones en que se venía desarrollando la lucha contra la inseguridad en la capital y, seguramente, con los primeros resultados, tendremos una idea clara de cómo se responderá para garantizar esa seguridad por la que todos los ciudadanos reclaman y se alarman con razón. Hace algunos años, en los tiempos del presidente Carlos Salinas de Gortari, nombraron a su padre, Javier García Paniagüa, secretario de Seguridad de la capital y recuerdo una de las anécdotas que nos dieron la visión clara de la podredumbre que existía en la policía capitalina. Nos comentaban que cuando la ciudad sufría por los robos bancarios, secuestros, violaciones, asaltos en casas y escuelas, se realizó, primeramente, una investigación de quién y que relaciones y compromisos tenían los policías encargados de cada uno de los sectores, así, con información, el Secretario, un buen día a primeras horas de la mañana convocó a los jefes de sector y reunidos les mostró unas carpetas y de inmediato comenzaba a explicar las relaciones y compromisos que cada uno tenía, sus propiedades y sus relaciones con los grupos de la delincuencia, terminado el esquema les dijo que: “No se les olvidara que, cuando el Estado les da, los llega a ahogar con lo mucho que pueden tener, pero, que cuando el Estado les quita, los puede destazar”, así que les dijo: “Si vuelve a Ver un asalto, secuestro, robo, violación como los que ahora vivimos les voy a responsabilizar y consignar, porque no hay duda de que los delincuentes actúan con esa impunidad porque gozan de alguna manera con su protección”. Así, como por arte de magia y con esa acción, de pronto, la tranquilidad de la capital comenzó a llegar.
El otro esquema cambiado en la seguridad y enfocado al control de los migrantes en el país es el generado en MIGRACIÒN, cuando llega un hombre ligado con lealtad al Presidente y eficiente y honesto como lo es FRANCISCO GARDUÑO, sale de las organizaciones que han luchado y promovido la defensa de los derechos humanos y conoce íntimamente las tragedias que sufren en su recorrido los migrantes. Todos sabemos que lo que privaba en el INM era la corrupción, la ineficiencia y los abusos que se ejercían en contra de mujeres y niños, la explotación, incluso, de muchos de ellos a los que entregaban a los grupos criminales y de trata, así se han conocido historias terribles donde los mismos agentes violaban a mujeres bellas y las explotaban o les exigían dinero a ellos y a sus familias para darles oportunidad de irse, esa descomposición se tiene que terminar, porque eso era lo que propiciaban con el desorden y la ineficiencia de la institución y ni siquiera teníamos una relación de los que han cruzado y dónde han quedado y quiénes son esos migrantes, por ello, ahora, se tiene que poner orden con honestidad y profundo respeto a los derechos humanos, ahì es donde Francisco Garduño mostrará su capacidad y la confianza en él depositada por el presidente, así que a darle que es mole de olla…
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