Caracas / Washington. — El gobierno de Venezuela denunció en los últimos días la incautación de varios petroleros que transportaban crudo venezolano cerca de sus costas, operaciones atribuidas a autoridades de Estados Unidos, lo que ha provocado una nueva escalada de tensión diplomática entre ambos países.
De acuerdo con reportes oficiales y medios internacionales, al menos dos buques petroleros fueron interceptados en aguas internacionales por fuerzas estadounidenses, bajo el argumento de que formaban parte de una red que evade sanciones impuestas a la industria petrolera venezolana. Washington sostiene que las acciones se realizaron conforme a la ley y con respaldo de procesos judiciales para confiscar cargamentos vinculados al comercio ilegal de crudo.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro rechazó de manera categórica estas acciones y las calificó como “piratería internacional” y robo de propiedad privada, al asegurar que los petroleros transportaban petróleo legítimamente producido por la estatal PDVSA. Caracas también denunció la retención de tripulaciones y advirtió que llevará el caso ante organismos internacionales, incluida la Organización de las Naciones Unidas.
Por su parte, Estados Unidos afirmó que los buques interceptados pertenecen a la llamada “flota oscura”, utilizada —según Washington— para financiar actividades ilícitas y sortear las sanciones vigentes contra el régimen venezolano. Autoridades estadounidenses señalaron que las incautaciones forman parte de un esfuerzo para frenar el comercio irregular de petróleo y reforzar el cumplimiento de las medidas restrictivas.
Analistas señalan que estas operaciones han generado un impacto directo en las exportaciones petroleras de Venezuela, principal fuente de ingresos del país, ya que varias embarcaciones han evitado navegar por temor a ser detenidas. La situación también ha despertado reacciones de países aliados de Caracas, que han expresado su rechazo a las acciones estadounidenses y alertado sobre posibles violaciones al derecho internacional y a la libertad de navegación.
El conflicto por la incautación de petróleo se suma a una larga lista de desencuentros entre Venezuela y Estados Unidos, en un contexto marcado por sanciones económicas, disputas legales y una creciente presión internacional sobre el gobierno venezolano.
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