Joel Hernández Santiago
Así que finalmente la oposición política intentó ponerse de acuerdo y presentó su proyecto para elegir a su candidato con rumbo a las elecciones presidenciales de 2024 en México.
Y da muestras de vida presentando un complicado método de selección de su candidato, con muchas incertidumbres o vagas certezas y, al parecer, en los hechos alejado de la participación ciudadana: asunto de partidos, parecen decir.
El Partido Acción Nacional (Pan), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), junto con algunos personajes ajenos a partido se reunieron de forma solemne el lunes 26 de junio para dar a conocer la ruta que seguirán para tener candidato opositor y la creación del Frente Amplio por México con el que participarán en las elecciones del año siguiente.
Hasta hace unos días aún se debatía en el país si en efecto hay oposición en México y, de ser así, ver si esta oposición tendría piernas de jinete para enfrentar a Morena y sus aliados que ya han avanzado un largo trecho en su posicionamiento para elegir a su candidato, aunque esta elección ya fue hecha desde Palacio Nacional y son cuatro enfrentados entre sí.
El proceso de la oposición es complicado. Contiene ambigüedades y no parece ser fácil que la sociedad civil, el ciudadano común y corriente, pueda acceder a ser parte de la selección que se llevará a cabo a partir de la primera etapa que iniciará el 4 de julio con los registros de los aspirantes ante la Comisión de Registros del PAN, PRI y PRD. Será hasta el 9 de julio.
Los aspirantes deberán mostrar que cuentan con una base de apoyo de por lo menos 150 mil firmas –verificables-. En esta etapa también ciudadanos podrán registrarse de manera voluntaria a través de un portal. Concluido el registro se dará a conocer los nombres de quiénes cumplieron el mínimo de apoyo social requerido y pasarán a la segunda etapa.
Luego, los registrados participarán en un primer foro (debate) para discutir y analizar la visión sobre México; después vendrán estudios de opinión (encuestas). Los tres mejores calificados pasarán como finalistas a la tercera etapa, en la que deberán asistir a cinco foros regionales y también participarán en estudios de opinión.
Los resultados de las encuestas y del proceso en general, se darán a conocer el 3 de septiembre (tres días antes que Morena) y ese día se realizará la elección primaria. Quien resulte mejor posicionado en ambos ejercicios será nombrado coordinador del Frente Amplio por México y será él mismo el candidato de la oposición a la Presidencia de México.
Complicado, sí, pero en todo caso lo importante es que la oposición da visos de existir y de querer organizarse para participar de manera formal y firme para contender por la presidencia del país. De cualquier manera antes ya ocurrieron deserciones y críticas al modelo de selección.
Germán Martínez Cázares dijo no a participar como aspirante a la presidencia. El legislador sin partido está en desacuerdo con el método, “con campañas anticipadas que violarían la ley electoral, cargadas empresariales y dinero sin fiscalización…”
La senadora Lily Téllez “tiene algunas dudas” y mandó una lista de sus 50 algunas dudas que ponen en duda el todo del procedimiento.
Y así. El tema es que los aspirantes son gente de larga trayectoria política y con experiencia en la función pública, en el legislativo y en lo empresarial.
En todo caso sí, es bueno, que al final surja una oposición para dar salida a la diversidad de opiniones políticas en el país, para aglutinar a la gente que está en desacuerdo con el gobierno federal actual o aquellos que se sienten agraviados por éste mismo.
Sin embargo poco o nada se sabe de su contenido como grupo organizado de oposición. ¿Cuál es su alternativa detallada para generar confianza y la voluntad ciudadana en su favor? ¿Qué país quieren y cómo? ¿Cuál es la doctrina política que domina a la organización? ¿Cuál es su programa de gobierno, social, de desarrollo? Toda vez que está integrado por agua y aceite (PAN-PRI-PRD) y la presencia de la empresa como factor de peso.
Definir a un buen candidato que atraiga a las masas y que genere definiciones políticas deberá ser la meta de este grupo. Tener argumentos sólidos que convenzan a quienes son opositores sin partido –y son millones-. Y sobre todo que ese candidato rescate la credibilidad en los partidos que lo impulsen porque hoy mismo el descrédito de cada uno de ellos parece ser dominante.
Ya veremos cómo camina este proceso y cómo se consolida esa candidatura. Lo cierto es que tiene a la vista el triunfo si convence a la mayoría mediante argumentos sólidos y de definición política y administrativa. Tiene a la vista el fracaso si sigue con sus dimes y diretes interminables y dañinos para todos.
Mientras tanto las “Corcholatas” presidenciales hacen y deshacen en sus viajes de convencimiento para ganar el dedo mágico presidencial, quien el único elector del candidato de Morena y sus adláteres el año próximo, es decir ‘casi el paraíso’.
Rompen reglas de precampaña y campaña, rompen tiempos legales. Prometen ‘que en caso de llegar a ser presidentes’. Se burlan de todo y de todos. Hacen franca campaña proselitista en favor de sí y a favor de Morena. Caminan seguros y sonrientes, incluso haciendo desfiguros, no les importa:
Sí les importa que el presidente los elija como su mejor copia y, por lo mismo, su mejor prospecto para continuar con su 4-T a través de los siglos.
¿Y el Instituto Nacional Electoral-INE? Nunca como ahora mismo es notable ese sometimiento de sus consejeros a las decisiones de Palacio Nacional y a dejar el camino franco a Morena y sus hechos evidentemente fuera de orden.
Así que el jaleo amplio ya comienza. Veremos cuál será el paisaje a través de la batalla.
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