La apuesta que AMLO va perdiendo

02 de Mayo de 2019

 

Estamos lejos del crecimiento de 4%, promedio, que prometió AMLO. Ya está casi perdida la apuesta que hizo, en una de las mañaneras, acerca de que lo haremos al 2% en 2019.

Estamos más cerca del 1%, según las calificadoras Fitch, S&P, el Bank of America, el FMI, el Banco de México y, en general, todos los especialistas.

Tampoco parece alcanzable el crecimiento del 6% que pronostica en el Plan Nacional de Desarrollo para el 2024. Necesitaríamos otro “milagro mexicano”, pero no se ve cómo.

 

  • El comienzo de la 4T en materia económica ha sido muy difícil. El PIB se contrajo 0.2% en el primer trimestre de 2019, según el Inegi. La inversión fija bruta cayó 6.4% en diciembre pasado con la llegada del nuevo gobierno; el gasto público se contrajo alrededor de seis por ciento.

Motivos de la desaceleración no faltan: cancelación del NAIM; incertidumbre del T-MEC; escasez de combustible por el combate al huachicol.

Huelgas en las maquiladoras del norte, suspensión de los contratos petroleros, toma de vías en Michoacán por la CNTE, ataques a los empresarios —continuamente los llama “minoría rapaz”—, pérdidas de Pemex.

Pero López Obrador “tiene otra información”. Ayer sostuvo que son los “conservadores y sus voceros” los que hablan de estancamiento económico. Y, aunque usted no lo crea, dijo que “vamos bien”.

Para sostener su desconcertante optimismo pidió a los especialistas revisar el primer año de ¡Ernesto Zedillo! Voltear al primer trimestre de 1995.

Cierto, hubo un decrecimiento económico de -7 después del llamado “error de diciembre”. Pero eso fue hace casi un cuarto de siglo. Magro consuelo.

 

  • Grupo Eurasia prevé que la reacción de AMLO a esta contracción será presionar a su gabinete para que gaste más rápido en sus proyectos de infraestructura prioritarios.

“Sin embargo, la forma vertical y concentrada en que el gobierno continuará operando, y en general la empinada curva de aprendizaje y la inexperiencia del gobierno, continuarán haciendo que el gasto sea lento e ineficiente”, dice un reporte del grupo.

Es poco probable que intente ejercer presión sobre el Banxico y obligarlo a reducir tasas. Sus prioridades se centrarán, principalmente, en el aspecto fiscal, como una herramienta para el crecimiento y el desarrollo, puntualiza.

Y como dice Bloomberg: lo que le hace falta a don Andrés es algo sencillo, pero muy difícil de conseguir: confianza. Pierde de vista que el valor de la inversión privada en México es 6.7 veces mayor que la pública.

 

  • El viernes publicamos en este espacio que la Ley de Remuneraciones de los Servidores Públicos, que impide a cualquier funcionario ganar más que el Presidente, no será desechada.

Ayer se dio a conocer la propuesta del ministro de la SCJN, Alberto Pérez Dayán, para que se invalide en su totalidad el citado ordenamiento, luego de la acción de inconstitucionalidad que interpusieron senadores de oposición.

Para que ese recurso progrese se requieren ocho de los 11 votos del pleno de la Corte. Sabemos que una mayoría de seis son favorables a la propuesta de Pérez Dayán, pero se necesitan ocho.

La ley no se tambalea. Está firme. Lo confirmará cuando se vote, en la segunda semana de mayo.

 

  • El gobierno de la CDMX se hizo el sordo al llamado que hizo el Congreso local, a iniciativa de la diputada Teresa Ramos, del PVEM, para que informe el monto de inversión, empresa proveedora y número de bebederos de agua potable que se colocaron en las 16 delegaciones en 2015.

El gobierno dijo que la solicitud debe dirigirse a la Secretaría de Obras; ésta informó que no hubo obra en bebederos; el Sistema de Aguas le echó la bolita las 16 alcaldías y, de éstas, sólo dieron datos Venustiano Carranza y Cuajimalpa. Las demás pidieron una prórroga.

 

Publicado en Excelsior

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