CRONICA POLÍTICA: PRI, no está para echar las campanas al vuelo

Rosy RAMALES

En el PRI de la cúpula hay euforia por la “exitosa” votación registrada en las elecciones internas del domingo pasado para la renovación de su dirigencia nacional.

“Exitosa” porque pensaron que votaría apenas 1 millón de priistas en todo el país de un padrón interno de seis millones 764 mil 615; de los cuales un número incierto ya no se asume como militantes. Y la expectativa se rebasó: Votó un total de 1 millón 885 mil 269.

Pero tal votación total resulta poco argumento para echar las campanas al vuelo como un partido vigoroso. Más bien es para preocuparse porque los números emanados de dicha jornada electiva interna revelan dos supuestos:

Uno: Que el PRI es prácticamente un esqueleto, pues ha perdido 4 millones 879 mil 346 militantes, que son los que no votaron el domingo pasado. ¿O representan la abstención interna?

Dos: Que si se trata de abstención interna real, la dirigencia electa de Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”) tendrá problemas para conducir al longevo PRI, sobre todo cuando llegue el momento de la definición de candidaturas a cargos de elección popular y en procesos para renovar Comités Directivos Estatales.

Vaya, de por sí le pinta complejo porque sus opositores internos (Ivonne Ortega Pacheco y Ulises Ruiz Ortiz) no se quedarán con los brazos cruzados y permanecerán en el PRI para impulsar candidaturas a las dirigencias estatales y municipales, así como a los cargos populares; por elección directa.

Claro, se arriesgan a que la estructura priista controlada por la nueva dirigencia nacional nuevamente les arrime tremenda derrota. Ivonne apenas obtuvo 177 mil 298 votos en la interna del domingo pasado, y ya ven que a Ulises Ruiz Ortiz lo acorralaron con candados para al final negarle el registro por la falta de cumplimiento formal de requisitos.

Retomando el tema: La votación total de 1 millón 885 mil 269 como resultado de la jornada electiva del domingo pasado tampoco es para echar las campas al vuelo porque números como esos apenitas alcanzarían al PRI para arañar la conservación del registro como partido político nacional en la próxima elección constitucional intermedia.

En la elección presidencial de 2018, la votación por partido político arrojó para el Revolucionario Institucional 7 millones 677 mil 180 votos como resultado de los cómputos distritales, que representó el 13.5612% de la votación total valida emitida.

¿Sus votos engloban su padrón de militantes de seis millones 764 mil 615 y un cachito de simpatizantes?Si fuera el caso, entonces el resultado de la elección interna del domingo pasado estaría reflejando una efectiva pérdida de más de 4 millones de militantes. ¿Podrá recuperar todos o algunos de aquí a las próximas elecciones federales intermedias?

Mmm…dependerá del trabajo que realice la nueva dirigencia nacional encabezada por “Alito” junto con Carolina Viggiano”.

Lo que sí, buena parte de priistas se han ido a otros partidos, sobre todo a Morena en razón de su rentabilidad electoral; ahora es la primera fuerza en el país. Y algunos más se han cambiado al Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

En fin, la votación total de 1 millón 885 mil 269 como resultado de la elección del domingo pasado tampoco es para presumir una dirigencia nacional electa auténticamente democrática y legítima.

Lo es en términos de haber sido electa mediante votación directa y secreta de la militancia en base a reglas previamente establecidas. Eso en la formalidad, pero quien sabe si en el campo fáctico.

Mismos priistas del equipo ganador comentan entre risas la hazaña de haberse trampeado así mismos. Incluso, coloquialmente dicen: “No fue una elección de votos, sino actas; no se embarazaron urnas, sino actas”.

O sea, ¿nada más rellenaron actas sin importar cuántos votos fueron depositados en las urnas por militantes que acudieron a sufragar? ¿O es broma? Si fuera verdad, también debieron cuidar hacer el paquete electoral por si acaso hay impugnaciones.

Aunque difícilmente prosperarían.

Internamente, la diferencia de votos es abismal entre “Alito” e Ivonne; por lo mismo es imposible revertir resultados y ella tampoco lo alcanzaría ni sumando los votos nulos y los votos de candidatos no registrados. Tendría que impugnar toda la elección para intentar tirar el triunfo del campechano, siempre y cuando cuente con pruebas fehacientes.

Como haya ocurrido de todos modos es dudosa la votación emitida en la jornada electiva interna del PRI a la dirigencia nacional, pues no existe la certeza de que los votantes hayan sido de carne y hueso, o efectivamente militantes del PRI.

Nunca será lo mismo una elección interna organizada por un órgano neutral como el Instituto Nacional Electoral (INE), a una conducida por el propio partido político.

“ALITO” ENTRA EN MAL MOMENTO

El próximo domingo sesionará el Consejo Político Nacional del PRI para tomar protesta a Alejandro Moreno Cárdenas y a Carolina Viggiano Austria como presidente y secretaria general de este partido para el periodo estatutario 2019-2023.

Y no es el mejor momento; afecta el escándalo de corrupción sobre la administración del ahora ex presidente Enrique Peña Nieto, donde un desvío de miles de millones de pesos tiene en prisión a Rosario Robles, quien fuera su secretaria de Desarrollo Social y de Desarrollo Agropecuario, Territorial y Urbano.

Un caso donde está en entre dicho el mismo ex mandatario y su más cercano colaborador: José Antonio Meade, sucesor de Rosario en la Sedesol y abanderado presidencial del PRI (aunque externo); un caso donde al parecer están involucradas 11 dependencias del Gobierno Federal peñista.

Entonces, cuando “Alito” rinda protesta como presidente del PRI nacional ¿qué dirá? ¿Se pronunciará por el combate a la corrupción? ¿O llamará a las autoridades a evitar fines políticos en la investigación? ¿O hará mutis?

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Correo: rosyrama@hotmail.com

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