CRÓNICA POLÍTICA: Alejandro, entrando a su declive con un Oaxaca endeudado

 

Rosy RAMALES

El priista Alejandro Murat Hinojosa lo dijo el 1 de diciembre de 2016 cuando asumió como Gobernador de Oaxaca: Que recibía una entidad en colapso económico y social.

Su antecesor, el izquierdistaGabino Cué le heredó una deuda de 14 mil 25 millones de pesos, según confirmó el Secretario de Finanzas, Enrique Arnaud Viñas, al comparecer ante el Congreso Local durante la glosa del último informe del gobierno gabinista.

Y como suele ocurrir, culpó al antecesor, al priista Ulises Ruiz Ortiz. El funcionario de Cué dijo que del periodo 2006 al 2010 la deuda creció de 489 a cuatro mil 468 millones de pesos; en ese lapso, ¡la deuda se habría multiplicado ocho veces!

En el 2010 así la recibió Cué, en cuyo sexenio, en el cual cogobernó con el PRD, el PAN, el PT y con el entonces Convergencia, la deuda se incrementó mucho más de la siguiente manera:

En 2011 llegó a los 5 mil 970 millones de pesos; para 2013 alcanzó los 12 mil 866; en 2014 aumentó a más de 13 mil millones de pesos; en 2015 se fue hasta los 16 mil 138, y en el 2016 decreció tantito quedando en los 14 mil 25 millones de pesos. Qué consuelo, ¿no?

En el sexenio gabinista “se recurrió a deuda directa, deuda de largo plazo y deuda de corto plazo…” Y el dinero contratado vía estas deuda se habría invertido en obra pública y en mitigación a desastres naturales. Cuando menos así lo justificó Arnaud Viñas en aquella comparecencia dada en la víspera de la transición del Poder Ejecutivo estatal.

(Ah, pero también en financiar a organizaciones sociales, varias de las cuales luego apuntalaron a Morena en Oaxaca).

La explicación no convenció a los diputados (con sus excepciones). Incluso, el legislador Gustavo Marín Antonio, del Partido Encuentro Social (PES), dijo tener información de que la deuda era mayor: Quizá de unos 28 mil millones de pesos.

Así las cosas hasta ese momento de la historia de Oaxaca.

Ayer, en un video, el gobernador Alejandro Murat precisó: “Tenemos una deuda pública de 15 mil millones, más la deuda de salud de 10 mil millones, más la deuda a corto plazo que heredamos de 5 mil millones, y eso da 30 mil millones… y bueno, lo que tenemos que hacer es ir pagando, porque es un recurso que pagamos todos los oaxaqueños, de hacer ciertos ajustes, mi gobierno ha ido en esa ruta, y vamos a dejar finanzas sanas al final (del mismo)”.

Lo cierto es que el mandatario de Oaxaca acaba de solicitar autorización al Congreso Local para contratar una nueva deuda por tres mil 500 millones de pesos; en la sesión de ayer la petición fue turnada a comisiones para su segura aprobación posterior.

En la exposición de motivos, refiere:  “…el Estado ha logrado mantener su calificación crediticia en un buen nivel (calificación A-). No obstante lo anterior, debido a que la administración estatal tuvo que hacer frente al déficit estructural en las finanzas públicas del Estado que heredó de administraciones anteriores, actualmente cuenta con una restricción presupuestal que limita la ejecución de proyectos prioritarios de inversión pública, los cuales son fundamentales para seguir detonando el desarrollo del Estado.”

Segura aprobación posterior de la nueva autorización de deuda, por dos razones:

Una: Porque ciertamente a casi tres años de su gobierno, no hay obras relevantes.

Dos: Porque ya se reunió con las y los diputados de la LXIV del Congreso Local, donde Morena es mayoría y junto con sus aliados rebasan la mayoría calificada; el PRI cuenta con una bancada de apenas seis legisladores, pero cuyo líder, Alejandro Avilés Álvarez, es toda una chucha cuerera” en el arte convencer a los opositores para los planes priistas.

Claro, sin restar mérito a Alejandro Murat. Pero, digamos, el mandatario representa la parte fina, sutil, en toda negociación. Incluso, escucha y es amable con sus opositores (claro, algunos de éstos son mera facha).  Y Avilés opera.

En fin, ¿para qué ha pedido la autorización para contratar una nueva deuda? Según la exposición de motivos, el financiamiento se destinaría a los siguientes rubros generales, a través de la ejecución de ciento dieciocho proyectos de inversión:

DESTINO No. DE PROYECTOS MONTO
Caminos y puentes 52 759,220,988.08
Electrificaciones y alumbrados 16 16,165,478.70
Espacios públicos 5 92,510,787.76
Mercados 5 77,179,204.00
Plantas de tratamiento de agua residuales, agua y saneamiento 25 460,754,272.44
Proyectos estratégicos 9 520,084,069.49
Tecnologías 1 50,000,000.00
Proyecto de Desarrollo Intraurbano del Oriente de la Zona Metropolitana del Estado de Oaxaca 1 1,300,000,000.00
Módulos para el desarrollo de infraestructura social 4 134,085,199.53
Total 118 3,410,000,000.00

El Ejecutivo estatal propone que el monto de financiamiento pueda contratarse mediante financiamiento bancario; el plazo del financiamiento (de la deuda) sería hasta por 20 años, contados a partir la primera disposición de crédito.

Y la fuente de pago sería vía la afectación al derecho y los ingresos hasta del 25% del Fondo de Aportaciones Federales para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas (FAFEF), así como aquellos fondos o recursos que en el futuro sustituyan modifiquen y/o complementen al FAFEF.

¿HAY OTRAS RAZONES? ¿POLÍTICO-ELECTORALES?

Sí, ¿habrá otras razones por las cuales el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa haya solicitado al Congreso Local la autorización para contratar una nueva deuda aparte de la ejecución de obras que detonen el desarrollo de Oaxaca?

Nueva, porque el 30 de septiembre del 2017, el entonces pleno legislativo le autorizó contratar financiamiento del orden de los mil 200 millones de pesos (deuda) para atender problemáticas de desastres naturales, como, por ejemplo, la reconstrucción de las zonas afectas por los sismos del 7 y del 19 de aquél mes y año.

Y el 14 de junio del 2018, la entonces Legislatura local aprobó reformas a la Ley Estatal de Derechos de Oaxaca con el fin de refinanciar los créditos vigentes de la deuda pública local.

El priista Luis Antonio Ramírez Pineda, hoy director general del ISSSTE en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, era aquél momento el presidente de la Comisión Permanente de Hacienda del Congreso Local y como tal dijo que:

Con dicha reforma el Gobierno de Oaxaca podría revisar y recontratar con tasas de interés, plazos y tiempos más convenientes, que le permitan manejar de una manera mucho más holgada la deuda pública. Y que no significaba incremento de la deuda pública, ni mayores compromisos financieros, simplemente autorizaba al gobierno buscar los mejores términos, permitiendo que su manejo sea más prudente y adecuado.

En fin, retomando el tema: ¿Por qué otras razones el gobernador Alejandro Murat ha solicitado autorización para contratar nueva deuda? ¿Y por qué motivos los legisladores podrían aprobar la autorización?

Dice la sabía filosofía popular: “Piensa mal y acertarás”. Claro, tampoco es denominador común y podemos equivocarnos, pero ocurre lo siguiente:

Alejandro Murat el 1 de diciembre próximo entra a la segunda mitad de su sexenio, que es cuando empieza el declive de todo gobernador y, en consecuencia, se desata la sucesión. Es más, empezará a contar a partir de rendir su Tercer Informe de Gobierno, el 15 de noviembre.

En el 2020 iniciará el año electoral para las elecciones concurrentes del 2021, y en Oaxaca se elegirán diputados locales, concejales a los ayuntamientos y diputados federales.

En esas elecciones, el PRI y Alejandro Murat como jefe político de los priistas se juegan parte de su futuro para la sucesión gubernamental del 2022, cuyo proceso electoral empezará en el 2021.

Y en realidad, como bien lo reconoce sutilmente el propio gobernador en la exposición de motivos, no hay obras relevantes en el estado de Oaxaca.

Y, claro, sin obras, ni acciones contundentes, los electores pueden dar revés a sus candidatos en el 2021 y a su proyecto sucesorio en el 2022, si acaso no consigue una coalición Morena-PRI-PVEM, o por lo menos Morena-PVEM.

Ahora bien, los morenitas, petistas y pesistas tampoco son angelitos; entonces es probable que en el paquete de obras a financiarse con la deuda pública hayan apuntado obras de su interés.

Vaya, alguna razón debe existir de su expresión de contento en la foto con el gobernador Alejandro Murat, con quien apenas se reunieron para degustar alimentos y para hablar sobre la solicitud de deuda. Claro, esto no lo dijeron públicamente, pero sí se dejaron ver juntos y felices en redes sociales.

 

Rosy RAMALES

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